El Hospice Madre Teresa reconoció el esfuerzo del voluntariado y la confianza de todas las familias que recibieron su ayuda en 20 años de servicio con una misa especial.
El sábado 24 de agosto, la Basílica Nuestra Señora de Luján se iluminó de manera especial para recibir a la comunidad del Hospice Madre Teresa y a todos aquellos que, con cariño y devoción, se acercaron a acompañar este momento tan significativo. Bajo la tierna mirada de la Virgen, la misa fue un emotivo homenaje a los 20 años de vida del Hospice, un lugar donde la compasión y el amor guían cada una de las acciones.El padre Lucas García, quien presidió la ceremonia junto a otros sacerdotes, resaltó en su homilía la labor incansable del equipo y los voluntarios del Hospice Madre Teresa. Con emotivas palabras, destacó cómo, día a día, honran la vida y acompañan a los huéspedes en su camino, subrayando que la dedicación y entrega de cada uno de ellos son un verdadero testimonio de amor al prójimo y reflejan la esencia misma de la institución.
Uno de los momentos más conmovedores de la celebración fue cuando César Pelaez, voluntario y ex Presidente de la Comisión Directiva, invitó al altar a los tres fundadores del Hospice: Cristian Viaggio, Lorena Etcheverry y Paula Olaizola. A ellos se les entregó una medalla de la Santa Madre Teresa de Calcuta, un símbolo de gratitud y reconocimiento por haber iniciado esta obra de misericordia que transformó tantas vidas.
Lorena, actual presidenta de la Comisión Directiva, explicó cuál es la importancia de contar con un Hospice en Luján, un lugar donde los cuidados paliativos se brindan con amor y respeto. También, agradeció el apoyo de las autoridades locales y de todas las personas que, de una u otra manera, contribuyeron a la continuidad de esta misión.
Además, la ceremonia fue acompañada por las melodías de las hermanas de L’eau Vive quienes con su canto llenaron de armonía la Basílica.
“Hace 20 años, el Hospice Madre Teresa nació bajo los principios de amor y servicio que la Madre Teresa de Calcuta enseñó al mundo. Desde entonces, trabajamos incansablemente para ofrecer alivio, cuidado y dignidad a quienes atraviesan la etapa final de su vida. En este aniversario no solo celebramos lo que logramos, sino que también renovamos nuestro compromiso de continuar con nuestra misión” expresaron desde la Comisión Directiva.
“Agradecemos a todos los voluntarios, a los familiares que nos acompañaron a lo largo de estos años y a la comunidad de Luján por su constante apoyo. Gracias a ustedes, el Hospice Madre Teresa sigue siendo un faro de esperanza y compasión, iluminando el camino de quienes más lo necesitan” agregaron.