El PAMI, la obra social de los jubilados en Argentina, ha anunciado una serie de cambios significativos en la cobertura de medicamentos.
La reciente decisión implica la reducción de la lista de moléculas farmacológicas cubiertas al 100%, así como una disminución en los descuentos aplicados a otros medicamentos esenciales, lo que marca un ajuste importante en la política sanitaria de la entidad.Reducción en la cobertura de medicamentos gratuitos
Uno de los puntos más controversiales de las nuevas medidas es la eliminación de 44 moléculas farmacológicas que hasta ahora contaban con cobertura total, es decir, eran de acceso gratuito para los afiliados. Este ajuste se traduce en una reducción significativa de la canasta de medicamentos cubiertos por el PAMI, que pasó de incluir cerca de 3,000 medicamentos a apenas 2,000, correspondientes a los 109 principios activos que permanecen cubiertos.
Este cambio se da en el marco del plan Vivir Mejor, el cual había permitido, hasta principios de este año, el acceso sin costo a una gama amplia de medicamentos esenciales para los jubilados. La medida impacta en el acceso a tratamientos de diversas patologías, como el uso de antibióticos, corticoides, hormonoterapia y otros tratamientos vitales para la salud de las personas mayores.
Entre los medicamentos que ya no tendrán cobertura al 100% se incluyen el ácido acetilsalicílico (utilizado como antiagregante plaquetario), la betametasona (un corticoide de uso común) y la morfina, fundamental en el tratamiento del dolor crónico. El recorte abarca tanto tratamientos para enfermedades comunes como medicamentos de alto costo, esenciales en el manejo de condiciones crónicas y agudas.
La nueva política del PAMI también afecta a otro grupo de 54 moléculas, cuyos descuentos han sido reducidos del 50-80% al 40%. Este cambio resulta particularmente preocupante, ya que muchos de estos fármacos corresponden a productos de uso frecuente entre los jubilados, incluidos algunos de venta libre. Esta medida posiciona a estos medicamentos en la categoría de “uso eventual”, lo que reduce aún más el acceso a aquellos que dependen de los mismos de manera recurrente.
En términos prácticos, este recorte representa un aumento significativo en el costo que los afiliados deberán asumir para acceder a tratamientos que anteriormente gozaban de descuentos más amplios. Entre los fármacos afectados por este cambio se encuentran principios activos que abarcan desde antiparasitarios como el benznidazol hasta tratamientos para el dolor crónico, como la pregabalina.
Cambios en el subsidio social del PAMI
El 22 de julio, PAMI publicó una resolución que introduce modificaciones en el subsidio social por “vía de excepción”, permitiendo a los jubilados acceder a la cobertura del 100% para ciertos medicamentos fuera del vademécum oficial. Sin embargo, las condiciones para acceder a este beneficio han cambiado considerablemente. Según la nueva normativa, los afiliados deben tener ingresos netos menores a 1,5 haberes previsionales mínimos para calificar. Si en el hogar convive una persona con Certificado Único de Discapacidad (CUD), el umbral se eleva a 3 haberes mínimos.
A pesar de este ajuste, las restricciones siguen siendo considerables. Los beneficiarios no pueden estar afiliados a una obra social o medicina prepaga, y tampoco pueden poseer más de una propiedad o vehículos de menos de 15 años de antigüedad. La única excepción a estas condiciones es si el jubilado convive con una persona con discapacidad. Además, los veteranos de la Guerra de Malvinas están exentos de las limitaciones mencionadas, una medida que ha sido incluida como novedad este año.
Repercusiones en el sistema de salud y opinión de expertos
Desde las farmacias y laboratorios, las reacciones a estas medidas han sido mixtas. La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) ha respaldado en cierta medida los cambios implementados, señalando que el subsidio social puede atender a aquellos jubilados que realmente necesitan una cobertura del 100%. Sin embargo, también ha habido advertencias sobre los efectos adversos que podría tener la reducción de la cobertura para miles de afiliados que ahora deberán afrontar mayores costos para acceder a tratamientos esenciales.
Por otro lado, desde la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos (CILFA), se ha apoyado la decisión del PAMI de limitar el acceso a ciertos medicamentos que, en su opinión, estaban siendo sobreutilizados por ser gratuitos. Un ejemplo citado frecuentemente es el ibuprofeno en su presentación de 600 mg, que era recetado de manera masiva sin necesidad en muchos casos.
No obstante, el argumento de “sobreuso” no tranquiliza a gran parte de la población afectada, que ve cómo su capacidad de acceso a medicamentos fundamentales se ha reducido de manera drástica. A medida que el costo de los medicamentos continúa aumentando, muchos jubilados podrían verse obligados a prescindir de ciertos tratamientos, lo que podría impactar negativamente en su calidad de vida y bienestar general.
El recorte en la cobertura de medicamentos del PAMI no es un fenómeno aislado, sino que refleja un cambio de paradigma en la administración de la salud pública para la población jubilada. La justificación oficial se centra en la sostenibilidad del sistema, pero para miles de personas mayores, este ajuste implica un aumento en los gastos médicos y, potencialmente, en el deterioro de su estado de salud.
A medida que las consecuencias de esta medida se hagan evidentes, será crucial monitorear cómo los jubilados logran adaptarse a esta nueva realidad. La posibilidad de que el acceso a medicamentos esenciales dependa de subsidios excepcionales plantea interrogantes sobre la equidad del sistema de salud y la protección de uno de los sectores más vulnerables de la sociedad.
En resumen, los recientes recortes en el vademécum del PAMI representan un desafío considerable para los jubilados argentinos, quienes deberán afrontar un escenario de mayor incertidumbre en cuanto a su acceso a medicamentos. Si bien las medidas buscan garantizar la sostenibilidad del sistema, las repercusiones a nivel individual podrían ser profundas, afectando tanto la salud física como emocional de aquellos que dependen de estos tratamientos para mantener su calidad de vida.