El diario
ATE confirmó un paro nacional con movilización al Congreso para rechazar la reforma laboral del Gobierno. Reclaman paritarias, salarios, reincorporaciones y advierten riesgos para organismos estatales clave.
La tensión entre el Gobierno nacional y los gremios estatales suma un nuevo capítulo decisivo. La Asociación de Trabajadores del Estado (ATE) ratificó para este martes una jornada nacional de protestas con paro y movilización al Congreso, justo cuando comienzan las sesiones extraordinarias para tratar la reforma laboral impulsada por la administración de Javier Milei.
El sindicato advierte que se trata de un proyecto que altera pilares estructurales del empleo público y privado y que abre un escenario de incertidumbre para millones de trabajadores. La convocatoria incluirá marchas en las principales ciudades del país y una concentración central frente al Parlamento.
Reforma en debate y críticas por falta de información
Desde ATE aseguran que el proyecto oficial no representa una modernización del sistema laboral, sino un retroceso en materia de derechos. Daniel Catalano, secretario general de ATE Capital, sostuvo que la iniciativa “debilita la organización sindical, desarticula convenios colectivos y flexibiliza el régimen de indemnizaciones”.
Uno de los puntos que más inquieta al gremio es la ausencia de un texto oficial completo. Según remarcan, el Gobierno aún no difundió la versión final de la propuesta, lo que agrava la sensación de incertidumbre:
“Es una ley estructural y no se conocen los detalles. La falta de información es parte del problema”, señalaron fuentes sindicales.
ATE y una agenda de reivindicaciones urgentes
El paro nacional convocado por ATE no se limita al rechazo de la reforma laboral. El sindicato sumó un conjunto de demandas que incluye la reapertura de paritarias, una recomposición salarial frente a la pérdida de poder adquisitivo, el pase a planta de trabajadores precarizados y la reincorporación de empleados despedidos en diversas áreas del Estado.
Además, el gremio rechaza de manera frontal el plan que, según denuncian, contempla un recorte del 10% del personal en organismos nacionales. La medida podría afectar sectores sensibles como ANSES, INDEC, CONICET, ENARGAS, INTA, INTI y ENACOM, entre otros, lo que —alertan— pondría en riesgo la provisión de servicios estratégicos para la ciudadanía.
En el plano político-sindical, Catalano confirmó conversaciones con referentes de la CTA y la CGT para coordinar acciones comunes. Aunque una huelga unificada no está asegurada, las centrales anticipan un clima de conflictividad creciente en el Congreso y en las calles durante el tratamiento del proyecto.
La conducción nacional endurece el tono
Desde la conducción nacional de ATE, Rodolfo Aguiar profundizó las críticas contra la reforma laboral y apuntó directamente a la orientación del Gobierno. A través de sus redes sociales, acusó al oficialismo de impulsar un modelo que no busca crear empleo ni mejorar la productividad, sino “disciplinar a la fuerza de trabajo y recortar derechos en un contexto de ajuste”.
El sindicalista también cuestionó que en la última reunión con autoridades nacionales no se hayan presentado propuestas salariales concretas. El encuentro, realizado de manera virtual a fines de noviembre, terminó sin avances y reforzó la decisión de continuar con el plan de lucha.
Un debate que promete alta tensión parlamentaria
Mientras los gremios redoblan la presión en las calles, el Gobierno apuesta a aprobar la reforma laboral en tiempo récord y no descarta extender las sesiones extraordinarias para asegurar el tratamiento del proyecto antes de fin de año. El oficialismo confía en garantizar apoyos de bloques aliados y sectores del empresariado, aunque sabe que el debate será áspero y estará acompañado de movilización permanente.
El martes se perfila como un punto de inflexión: la reforma laboral comienza su recorrido legislativo en medio de un escenario político cargado y con síntomas claros de conflictividad social creciente.
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