Cambio climático y enfermedades: la nueva amenaza global que impacta en Argentina

Radio Estación Luján
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La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) advierte que el cambio climático está acelerando la expansión global de patologías que provienen de los animales.

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La Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA) acaba de lanzar una advertencia que pone en alerta a gobiernos y comunidades: el cambio climático está acelerando la expansión de enfermedades de origen animal en todo el mundo, en Argentina, las enfermedades que transmiten los animales se consolidan como un desafío para la salud pública.

Estas patologías, conocidas como zoonosis, se han convertido en uno de los mayores desafíos de salud pública y seguridad alimentaria de la actualidad.

Según el informe, casi el 50 % de las enfermedades animales representan una amenaza directa para las personas, y su avance se ve potenciado por la degradación ambiental, la deforestación y la alteración de hábitats naturales. Lo que antes parecía un problema restringido a zonas tropicales, hoy se expande a regiones donde nunca había estado presente, multiplicando el riesgo de brotes y hasta de futuras pandemias.

Un fenómeno con consecuencias económicas y sanitarias

El impacto de estas enfermedades animales no se limita a la salud: también golpea con fuerza la economía. A nivel mundial, más del 20 % de las pérdidas en producción de alimentos se deben a estas patologías, y en Argentina las cifras son alarmantes. De acuerdo con la Cámara Argentina de la Industria de Productos Veterinarios (Caprove), las pérdidas superan los $60.000 millones anuales, afectando la producción de proteínas de calidad y el acceso a alimentos seguros.

En el plano sanitario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta que el 60 % de las enfermedades infecciosas humanas tienen origen animal, y que el 75 % de las enfermedades emergentes son zoonóticas. En el país, los especialistas señalan la persistencia de riesgos concretos:

  • Rabia, aún presente en murciélagos y que exige mantener campañas de vacunación en mascotas.
  • Leptospirosis, transmitida por la orina de ratas o perros infectados, con alto riesgo en zonas urbanas tras lluvias o inundaciones.
  • Leishmaniasis visceral canina, ya detectada en nueve provincias, capaz de ser mortal en humanos.
  • Cambio climático y enfermedades

Cambio climático: un catalizador de brotes

La combinación de deforestación, urbanización no planificada y uso indiscriminado de la tierra y el agua genera un cóctel explosivo para la propagación de enfermedades. El cambio climático actúa como catalizador al modificar los hábitats y desplazar especies portadoras —como murciélagos y roedores— hacia áreas habitadas por personas.

Los mosquitos son un ejemplo clave. Según la Organización Panamericana de la Salud, más del 52 % de las especies que transmiten virus humanos aumentan en áreas deforestadas. Esto explica el crecimiento exponencial de casos de dengue, malaria, zika y chikungunya en la región.

Las cifras hablan por sí solas:

  • Entre 2014 y 2023 se registraron 3,8 millones de casos de chikungunya en América.
  • Solo en 2023, se notificaron más de 4,1 millones de infectados de dengue.
  • Para 2080, se estima que 2.250 millones de personas más estarán en riesgo de contraer dengue.

Además, fenómenos extremos como lluvias intensas o inundaciones incrementan la incidencia de leptospirosis y cólera, mientras que el aumento de la temperatura de los mares potencia bacterias como Vibrio cholerae, Salmonella y Shigella, vinculadas a intoxicaciones y brotes infecciosos.

Prevención: la clave para contener enfermedades

Frente a esta realidad, expertos coinciden en que la prevención es la herramienta más poderosa. Estrategias como la vacunación, el cuidado ambiental y la bioseguridad en la producción animal son esenciales para frenar la transmisión de patógenos.

Un punto crítico es el uso responsable de antibióticos. La resistencia antimicrobiana ya provoca unas 700.000 muertes anuales en el mundo, y podría alcanzar los 10 millones por año hacia 2050 si no se actúa. Dado que el 60 % de los patógenos resistentes provienen de animales, es urgente reducir el uso indiscriminado de medicamentos en la cría intensiva y garantizar su aplicación solo bajo supervisión veterinaria y médica.

Una Salud: la estrategia para enfrentar los desafíos

La OMSA, la OMS y la FAO promueven el enfoque Una Salud (One Health), que integra salud humana, animal y ambiental en una misma estrategia. Este modelo busca anticipar brotes, reducir riesgos y garantizar sistemas alimentarios más seguros.

En Argentina, se realizan encuentros que reúnen a médicos, veterinarios y especialistas para diseñar políticas conjuntas. Como destacó Francisco Nacinovich, infectólogo del ICBA:

“Analizar la sanidad desde una perspectiva global, entendiendo que el medio ambiente repercute en la salud de las personas y animales, nos dará herramientas para estar mejor preparados ante los desafíos que vienen”.

Gripe síntomas

El avance del cambio climático y la degradación ambiental están transformando el mapa de las enfermedades zoonóticas en todo el mundo. En Argentina, la amenaza no es solo sanitaria sino también económica, y exige políticas públicas firmes basadas en prevención, vacunación, vigilancia epidemiológica y un uso responsable de los antibióticos.

En un escenario donde los brotes pueden multiplicarse, el enfoque Una Salud aparece como la mejor defensa para proteger simultáneamente a las personas, los animales y el medio ambiente.

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