La medida impulsada por Javier Milei cambia el escenario laboral y turístico en Argentina. El caso de los feriados de agosto revela cómo impacta esta decisión en trabajadores, empleadores y el turismo interno.
El panorama de los feriados en Argentina cambió drásticamente desde la asunción de Javier Milei como presidente a fines de 2023. Uno de los primeros ajustes aplicados por el Gobierno nacional fue la eliminación de los feriados puente, una herramienta que tradicionalmente se utilizaba para conformar fines de semana largos y dinamizar el turismo. En su lugar, se implementaron días no laborables con fines turísticos, una figura legal que, si bien busca un efecto similar, no garantiza el descanso para todos los trabajadores.
La diferencia es clave: un feriado nacional obliga al cese de actividades y al pago doble si se trabaja, mientras que un día no laborable queda sujeto a la decisión de cada empleador, sin obligación de pago adicional ni garantía de descanso para el sector privado.
Agosto y un nuevo esquema de descanso
El caso más próximo que ejemplifica este nuevo formato es el del mes de agosto de 2025. En el calendario nacional figura el 17 de agosto, fecha en la que se conmemora el Paso a la Inmortalidad del General José de San Martín, uno de los próceres más importantes de la historia argentina. Sin embargo, como esa fecha caerá en domingo, el Gobierno decidió trasladar el feriado al viernes 15 de agosto, pero lo hizo bajo la categoría de día no laborable con fines turísticos.
Esto significa que del 15 al 18 de agosto se conformará un fin de semana largo, pero no bajo las condiciones habituales. Los trabajadores del sector público probablemente tendrán el día libre, al igual que empleados de empresas privadas que decidan adherir. No obstante, otros tantos deberán asistir a sus puestos como si fuera un día laboral común, sin compensación extra.
La medida forma parte de un nuevo enfoque oficial sobre los feriados, que también incluye otros dos días no laborables con fines turísticos en el año: el viernes 2 de mayo (después del Día del Trabajador) y el viernes 21 de noviembre, para fomentar escapadas de primavera.
¿Qué dice la ley sobre los feriados y los días no laborables?
El régimen de feriados en Argentina está regulado por la Ley 27.399, que contempla tanto feriados inamovibles como trasladables y días no laborables. Si bien la ley permite que ciertas fechas patrias se reubiquen para fomentar fines de semana largos, la decisión de convertirlos en días no laborables en lugar de feriados responde a una definición del Poder Ejecutivo.
Este cambio tiene implicancias laborales, económicas y sociales. Por un lado, el Estado busca incentivar el turismo sin imponer obligaciones a las empresas privadas. Por otro, muchos trabajadores quedan fuera del beneficio, especialmente en sectores donde no se respetan estos días optativos o donde la carga laboral no permite interrupciones.
Turismo sí, derechos laborales en duda
Desde el Gobierno se defiende esta modificación como una forma de “dar flexibilidad” al mercado y al mismo tiempo estimular el movimiento turístico, motor clave de muchas economías regionales. Sin embargo, organizaciones sindicales y expertos en derecho laboral advierten que esta flexibilización debilita los derechos de los trabajadores, sobre todo aquellos del sector informal o de pymes que no suelen otorgar días no laborables.
El efecto real se verá con mayor claridad una vez transcurrido el primer gran fin de semana largo de este nuevo esquema. ¿Se movilizarán los turistas como se espera? ¿Qué porcentaje de trabajadores podrá realmente descansar? ¿Habrá un impacto económico positivo que justifique la eliminación de los feriados puente?
Un calendario en transformación
La decisión de eliminar los feriados puente y reemplazarlos por días no laborables marca un cambio de paradigma en la política de descanso y promoción turística en Argentina. Lo que antes era un derecho uniforme, hoy es una posibilidad relativa. Si bien la medida busca fortalecer el turismo, lo hace a costa de una menor protección para los trabajadores, abriendo un nuevo debate sobre el equilibrio entre desarrollo económico y derechos laborales.