Mucha gente paga más por un alimento orgánico que por otro que no lo es, en el convencimiento de que son mejores para la salud y para el ambiente.
Existe una tendencia global de aumento en el consumo de productos cárnicos, avícolas, vegetales, textiles, etc. que sean provenientes de sistemas de producción orgánica.A diferencia de la producción tradicional, en el caso de los alimentos animales este tipo de producción se caracteriza por un aparente enfoque en el bienestar de los animales, permitiéndoles el acceso al aire libre y una mayor asignación de espacio para asemejarse al comportamiento natural de estas especies. En el caso de la agricultura orgánica, los productores evitan el uso de productos químicos para combatir plagas y malezas y proporcionar nutrición vegetal.
Los consumidores muchas veces los prefieren por una cuestión de conciencia ecológica, para generar el menor impacto posible en el ambiente o porque son más nutritivos y saludables, pagando en promedio un 50 % adicional por ello.
¿Vale la pena el sobreprecio de un alimento orgánico?
Alimentos naturales, saludables y orgánicos
Aunque muchas veces se suelen utilizar estas denominaciones como sinónimos, en realidad no lo son.
Los alimentos naturales están libres de aditivos o ingredientes sintéticos o artificiales, tales como conservantes, sabores o colores. Un ingrediente sintético, es obtenido en laboratorio, mientras que uno artificial es derivado de sustancias naturales sometidas a procesos químicos.
“Alimento saludable”, es el rótulo que se aplica a los alimentos naturales u orgánicos que han pasado por menos procesamiento de lo usual. También suele aplicarse a algunos alimentos regulares, como las harinas molidas a la piedra o de grano entero.
Los alimentos orgánicos son cultivados sin pesticidas, fertilizantes o herbicidas artificiales o sintéticos. La carne, huevos y los productos lácteos orgánicos se obtienen de animales que se alimentan con comida natural y no se les administra hormonas o antibióticos. Son alimentos seguros, ya que cumplen con las Buenas Prácticas (Agrícolas, Ganaderas, Apícolas, de Manufactura). Si bien no hay un consenso global sobre qué es lo que hace que un alimento sea orgánico, cada país establece sus estándares y tiene entidades habilitadas que certifican la producción orgánica, generalmente a través de una etiqueta o sello oficial.
No sólo los alimentos pueden obtener esta certificación: también pueden ser algunos textiles como lana, algodón y otras fibras no procesadas.
¿Por qué los alimentos orgánicos suelen ser mucho más caros que los de producción tradicional?
Los productos orgánicos son una industria que mueve más de 90.000 millones de dólares al año, pasando a ser (especialmente para las nuevas generaciones) casi un imperativo moral, una forma de demostrar el compromiso con el planeta.
Por lo general, los alimentos ecológicos suelen costar hasta un 50 % más que los alimentos de producción convencional porque son más difíciles de producir. Esto es porque los agricultores tienen que prestar mucha atención a sus prácticas de cultivo, ya que las malezas, plagas y enfermedades no se pueden controlar con ciertos pesticidas. Además, al no poder introducir fertilizantes no naturales, sus rendimientos son menores, por lo que la producción es más pobre que la que se realiza por métodos tradicionales. Lo mismo pasa con los productores de carne avícola, bobina y los productos lácteos. Al ganado según las prácticas tradicionales, se les suele administrar hormonas de crecimiento que aumentan la producción de carne y leche, abaratando así los costos de producción.
¿Los alimentos orgánicos son más sanos y nutritivos que los de producción tradicional?
Un estudio de 2012 realizado por la Universidad de Stanford, analizó 223 investigaciones previas relacionadas con los nutrientes o con el riesgo que presentan las bacterias, hongos y pesticidas. La conclusión fue que los alimentos orgánicos apenas difieren en el contenido en vitaminas, grasas y proteínas de los de producción tradicional. Lo mismo afirmaron pediatras de la Universidad California Davis en 2019, al indicar que los alimentos ecológicos no son más sanos per se, en términos de nutrientes.
Al presente no existe evidencia científica suficiente para asegurar que los productos orgánicos son más seguros, saludables o nutritivos que los de producción tradicional. Y esto es sencillo de entender ya que los sistemas de producción orgánica se enfocan en las prácticas de producción y no en la calidad final o en la inocuidad del producto.
Los alimentos orgánicos son más amigables con el ambiente
Es una verdad… a medias.
En agricultura orgánica, se suelen utilizar productos de elevada toxicidad, mucho más tóxicos que los empleados en los sistemas tradicionales de producción. Es el caso del sulfato de cobre, principio activo utilizado como fungicida en ambos sistemas, y tiene una toxicidad mucho más elevada que los utilizados comúnmente por la agricultura tradicional.
En el caso de la producción orgánica de animales, estos tienen una menor eficiencia alimenticia, haciendo que necesiten más tiempo para alcanzar un peso óptimo de sacrificio. Adicionalmente, este tiempo prolongado de crianza puede generar mayores emisiones de nitrógeno por kg de peso vivo y mayor eutrofización (contaminación por exceso de nutrientes) del suelo en comparación con la producción convencional.
Si bien en algunos cultivos orgánicos, el impacto en emisiones puede ser menor, para producir la misma cantidad de alimento se necesita una mayor superficie de tierra cultivable y mayor consumo de agua para producir la misma cantidad de alimento que con la agricultura tradicional.
Por lo tanto, si queremos comer mejor y más saludable con el menor impacto ambiental posible, es consumiendo productos locales y de temporada. Así, ayudaremos a la economía local a la vez que reducimos las emisiones por transporte… mucho más que con un sello en un alimento.