El Banco Central prepara el regreso del débito directo interbancario, una herramienta clave para el cobro digital de préstamos.
Con un nuevo nombre y ajustes normativos, la medida apunta a reimpulsar el crédito fintech y la inclusión financiera.
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) confirmó que reactivará un instrumento clave para el cobro de préstamos: el débito directo interbancario, también conocido en su momento como DEBIN. Este sistema permitía a las entidades financieras y fintech realizar el cobro automático de las cuotas mensuales directamente desde las cuentas de los clientes, lo que agilizaba los pagos y reducía la morosidad.
Una medida esperada por el sistema financiero
El anuncio fue realizado por Pedro Inchauspe, director del BCRA, durante el Argentina Fintech Forum, un evento que reunió a los principales referentes del sector financiero digital en el Centro de Exposiciones de Buenos Aires. “Dentro del próximo mes vamos a permitir nuevamente el débito directo que el Banco Central cerró en 2020. Le cambiaremos el nombre y adecuaremos su normativa para que sea una herramienta moderna y segura”, señaló el funcionario.
La medida responde a un reclamo sostenido por la Cámara Argentina Fintech, que desde hace años pide restablecer mecanismos ágiles de cobro digital. Según Inchauspe, la decisión forma parte de una agenda más amplia hacia un modelo de Open Finance, o sistema de finanzas abiertas, que el Banco Central impulsa como marco regulatorio de la nueva economía digital.
El regreso del “débito directo”
El restablecimiento del débito directo es visto como un paso fundamental para reactivar el crédito en sectores que tradicionalmente quedan fuera del sistema bancario. En 2020, el gobierno de entonces había suspendido tanto el DEBIN como el débito interbancario para el cobro de préstamos, argumentando la necesidad de proteger a los beneficiarios de programas sociales, cuyos haberes eran muchas veces absorbidos automáticamente por las deudas.
Aquella decisión, aunque bien intencionada, afectó el funcionamiento del crédito no bancario y golpeó con fuerza al ecosistema fintech, que utilizaba esa herramienta para asegurar la cobranza en segmentos de mayor riesgo crediticio. La imposición de nuevas reglas —como la autorización manual del cliente para cada cuota— derivó en una ola de impagos y un aumento de la carga operativa de las empresas.
Ahora, el BCRA busca un equilibrio entre protección al usuario y eficiencia del sistema crediticio. “La recuperación del crédito es fundamental. Estas medidas, apoyadas en el esquema de Open Finance, buscan incentivar el acceso y reducir las barreras que hoy enfrentan millones de personas”, afirmó Inchauspe.
Por su parte, Juan Curutchet, superintendente de Entidades Financieras, adelantó que el nuevo sistema mantendrá controles más estrictos para evitar abusos, pero que volverá a ofrecer una opción digital eficiente para el cobro automatizado de préstamos.
Un paso hacia la inclusión y la transparencia financiera
La rehabilitación del débito directo tiene un impacto que va más allá del sistema fintech. Representa una señal de estabilidad regulatoria y un impulso a la inclusión financiera, al permitir que las empresas puedan ofrecer créditos más accesibles a usuarios que no cuentan con historial bancario tradicional.
Durante los últimos años, las fintech demostraron que podían atender segmentos desatendidos por los bancos, pero requerían herramientas que garantizaran la recuperación de sus préstamos. La ausencia del débito directo redujo la oferta crediticia, afectando especialmente a quienes dependían de pequeñas líneas de financiamiento al consumo.
El BCRA apunta ahora a reconstruir ese puente entre tecnología y regulación. Con un nuevo nombre y bajo condiciones más claras, el regreso del débito directo busca fomentar la confianza en el crédito digital y sentar las bases para una economía más moderna, inclusiva y transparente.
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