Un nuevo informe educativo reveló un dato estremecedor: apenas una décima parte de los estudiantes que iniciaron la primaria en 2013 logró egresar de la secundaria a tiempo y con aprendizajes adecuados en Lengua y Matemática.
La educación argentina atraviesa un momento crítico. Un reciente estudio realizado por Argentinos por la Educación reveló que apenas 1 de cada 10 alumnos que comenzaron la escuela primaria en 2013 llegó al último año de secundaria en el tiempo esperado y con los aprendizajes mínimos requeridos en Lengua y Matemática. El dato no solo expone la profundidad de la crisis educativa, sino que también muestra un deterioro en relación con cohortes anteriores.
Este resultado surge del Índice de Resultados Escolares (IRE), un indicador que combina la trayectoria escolar —es decir, cuántos estudiantes transitan la escuela sin repetir ni abandonar— con los niveles de desempeño obtenidos en las pruebas Aprender. Si bien la cantidad de chicos que llegan a quinto o sexto año en tiempo teórico aumentó, los saberes adquiridos —especialmente en Matemática— siguen en caída.
Según el informe elaborado por María Sol Alzú, Martín Nistal y Víctor Volman, para la cohorte que inició la primaria en 2013, el 63% de los estudiantes llegó al último año en 2024 sin interrupciones en su trayectoria. Sin embargo, solo un 10% logró alcanzar niveles satisfactorios o avanzados en ambas materias evaluadas. En comparación, las cohortes anteriores mostraban cifras levemente mejores: en 2011-2022 fue del 13% y en 2009-2020 del 16%.
El principal retroceso se da en Matemática. En las pruebas Aprender 2024, apenas el 14,2% de los alumnos alcanzó un desempeño satisfactorio y ninguno logró el nivel avanzado. Dos años antes, ese porcentaje era del 17,6%. “El problema no es solo de enseñanza de contenidos, sino de cómo se concibe y trabaja el pensamiento lógico matemático en toda la escolaridad”, explicó Irene Kit, presidenta de Educación para Todos.
Ante este panorama, el Ministerio de Capital Humano lanzó en julio el “Programa Nacional de Fortalecimiento de Matemática”, en articulación con UNICEF. La iniciativa incluye capacitaciones virtuales para docentes y cursos intensivos para mil educadores, aunque expertos advierten que se trata de medidas iniciales que, por sí solas, no alcanzarán a revertir la tendencia.
En Lengua, en cambio, los resultados se mantuvieron estables e incluso mostraron una leve mejora: el 58% de los estudiantes alcanzó niveles esperados, frente al 57% en 2022. El 51,7% se ubicó en el nivel satisfactorio y un 6,3% en el avanzado.
Desigualdades entre estudiantes
El informe también refleja marcadas desigualdades regionales. En Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el 23% de los alumnos logra finalizar la secundaria en tiempo y con aprendizajes adecuados, mientras que en Chaco esa proporción cae al 3%. Otras provincias con bajos niveles son Santiago del Estero, Misiones y Catamarca, donde apenas 4 de cada 100 estudiantes alcanzan el objetivo.
La situación está estrechamente vinculada al nivel socioeconómico: las jurisdicciones con menor índice de pobreza educativa son también las que concentran mayor proporción de estudiantes de sectores medios y altos. Los autores del estudio advierten que, si bien no hay una correlación perfecta, la brecha educativa entre regiones con distinto nivel socioeconómico es persistente y estructural.
En paralelo, los datos muestran un aumento sostenido de la cantidad de estudiantes que logran permanecer en la escuela sin repetir ni abandonar. Santa Cruz, Tierra del Fuego y Río Negro lideran en trayectorias escolares, con más del 75% de los alumnos alcanzando el último año en tiempo teórico. Del otro lado, Misiones, Santiago del Estero y Formosa se ubican en los niveles más bajos, con menos de la mitad de los estudiantes completando su escolaridad en ese plazo.
A pesar de esta mejora en trayectorias, los resultados de aprendizaje no acompañan. “Tenemos más chicos en la escuela, pero no necesariamente mejor formados”, resumió un especialista en educación consultado por este medio. El desafío, coinciden distintos actores del sector, es lograr que la permanencia se traduzca en aprendizajes reales y sostenibles.