Hay muchas creencias equivocadas en lo respecta a la posición del liberalismo sobre el ambiente.
Por Cristian Frers
Muchas personas creen que estos conceptos son opuestos y que la política liberal condenará al planeta a la contaminación sin límite y otros consideran que los liberales deben oponerse a cualquier política ambiental.La realidad es que, ni una idea ni la otra. Ni el ambientalismo va en contra del progreso, ni el capitalismo y los liberales tienen la culpa de cualquier problema ecológico o ambiental que existe. Por este motivo que se plantea un escenario complicado, en el que las partes políticas enfrentadas como la derecha y la izquierda deberían encontrar una postura intermedia, abandonando las demagogias y los populismos, en busca de la aplicación de políticas liberales que cuiden del ambiente.
Liberalismo y medio ambiente
El liberalismo debe rechazar la idea de los derechos de propiedad absolutos y aceptar restricciones que limiten la libertad de abusar de la naturaleza y los recursos naturales. Sin embargo, rechaza el control del crecimiento de la población y cualquier control sobre la distribución de recursos como incompatible con la libertad individual, en cambio favorece el control del lado de la oferta: producción más eficiente, energías renovables, frenos a la sobreproducción y la sobreexplotación, medidas para no contaminar ríos o lagos, evitar la deforestación, introducir una educación ambiental para crear una economía baja de carbono y desarrollo sustentable dentro de una economía de mercado.
Los gobiernos futuros tienen la responsabilidad de tomar un rol fundamental en hacer esto posible y lograr así prácticas de desarrollo que tomen conciencia del tema ambiental y favorezcan ambientes sustentables, reconociendo los impactos negativos que traerán políticas de desarrollo que no tomen conciencia de la variable ambiental y social.
El verdadero compromiso social con el ambiente, es la parte más sustantiva del proceso social, no se puede hablar de justicia social si no va acompañada de justicia ambiental. No sacamos nada con crear leyes eficientes y protocolos de trabajo, si no tomamos un compromiso serio y responsables como sociedad con conciencia y ética del hacer, que a pesar de las necesidades y de lo imperioso de la búsqueda del desarrollo, debemos proteger y no destruir. Por mucho que tengamos fiscalizadores, multas millonarias y las penas del infierno para las empresas y las personas que toman malas decisiones ambientales, de nada valen si no tomamos conciencia como sociedad de la importancia y del respeto que debemos tener por el ambiente.
Se sabe que la economía y el medio ambiente están intrínsecamente ligados, ya que cualquier actividad económica tiene un impacto, ya sea positivo o negativo, en el entorno natural. La economía ambiental estudia esta relación, buscando formas de mitigar los daños y promover prácticas sostenibles. Las actividades económicas pueden agotar los recursos naturales, contaminar el aire y el agua, y generar residuos, pero también pueden crear soluciones innovadoras y empleos.
Una de las opciones es la implementación de la economía circular ya que busca aprovechar los materiales el mayor tiempo posible, reducir el desperdicio y reincorporar los productos al sistema productivo. Mientras que la economía lineal es el modelo tradicional de producción y consumo basado en usar y desechar. Extrae recursos, produce bienes y genera residuos sin considerar reutilización.
Gran parte del problema de deterioro ambiental en el país se debe al convencimiento de que los recursos naturales son ilimitados e invulnerables, a la falta de una política adecuada, a la ausencia de coordinación en la aplicación de las normas y a la insuficiencia de información y conciencia pública sobre la protección de la naturaleza y el alcance de los sistemas de protección.
Es importante proteger el ambiente porque es fundamental para nuestra supervivencia y bienestar, ya que dependemos de él para obtener recursos básicos como agua, aire y alimentos. Su degradación afecta negativamente la salud humana la biodiversidad y el equilibrio climático. Proteger el entorno es una necesidad vital y una responsabilidad colectiva para asegurar que estos recursos estén disponibles para las generaciones futuras.
Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).