El diario
El ingreso a la planta de Cerámica Cortínes, se convirtió en el epicentro de un conflicto laboral que mantiene en tensión a decenas de familias.
Desde la mañana de este lunes, trabajadores de Cerámica Cortines decidieron bloquear los accesos a la fábrica, impidiendo el ingreso de camiones e instalando una protesta frente al portón principal en rechazo a una ola de despidos masivos.
El reclamo comenzó con la quema de neumáticos y la presencia de alrededor de 30 empleados que, en forma organizada, frenaron la actividad de la planta. La medida de fuerza se suma a la creciente preocupación por la crisis en el sector de la construcción y la caída sostenida de la producción en la industria ceramista.
La crisis en la fábrica de cerámicas y la reducción del personal
Según datos oficiales, la producción de la fábrica se desplomó de más de 11 millones de metros en 2021 a menos de 5 millones en 2024. Este derrumbe productivo llevó a la empresa a aplicar un fuerte ajuste que se tradujo en la reducción del 40% de su planta de personal. Entre junio y septiembre de este año, Cerámica Cortines ya despidió a 135 trabajadores, lo que representa un golpe directo a la economía de la zona.
Los empleados denuncian que, además de los despidos, la empresa pretende abonar solo la mitad de las indemnizaciones que por ley les corresponden. “Nos quieren pagar el 50%, pero nosotros reclamamos lo que nos corresponde: el 100%”, manifestaron los trabajadores, quienes aseguran que continuarán con medidas de protesta hasta obtener respuestas.
Tensión con la Policía y amenaza de cierre
Durante la mañana, la protesta estuvo marcada por la llegada de camiones con insumos que no pudieron ingresar a la fábrica debido al bloqueo. “Ya vinieron camiones y no los dejamos pasar. La Policía nos quiso sacar y no pudieron”, relató uno de los manifestantes.
La situación escaló con la presencia de seis móviles del Grupo de Apoyo Departamental (GAD) y más de 20 efectivos policiales que permanecieron en la zona para evitar incidentes. Los trabajadores también denunciaron presiones de la empresa, que habría advertido que, si no se habilita la entrada de camiones, pondrá un candado en el portón y presentará la quiebra de la fábrica.
Reuniones sin avances
En medio del clima de tensión, los dueños de Cerámica Cortines accedieron a mantener una reunión breve con una reducida representación de los empleados, pero hasta el momento no se registraron avances significativos. “No hubo respuestas satisfactorias”, señalaron los trabajadores, que anticipan nuevas acciones para visibilizar el conflicto.
El conflicto en la fábrica de Cortínes pone en evidencia la delicada situación del sector ceramista en la provincia de Buenos Aires. Cada despido no solo afecta a un trabajador, sino también a una familia que depende de ese ingreso en una región donde las oportunidades laborales son limitadas.
Mientras la empresa guarda silencio oficial, los ex empleados aseguran que continuarán con gestiones legales y gremiales para garantizar el cobro completo de sus indemnizaciones. La continuidad de la fábrica, clave para la economía local, queda en duda en un escenario marcado por la incertidumbre.
