El crecimiento del uso de cigarrillos electrónicos, el vapeo, no es inocuo, genera adicción, expone a sustancias tóxicas y aumenta el riesgo de iniciar el consumo de tabaco.
El uso de cigarrillos electrónicos se expandió con fuerza entre adolescentes y adultos jóvenes, impulsado por diseños discretos, sabores dulces y una fuerte presencia en redes sociales. La idea de que se trata solo de “vapor de agua” favoreció su aceptación social, aunque la evidencia científica demuestra lo contrario.
Qué es realmente el vapeo
Lejos de emitir vapor, los dispositivos liberan un aerosol que contiene nicotina, solventes, metales pesados, aldehídos y partículas ultrafinas. Según la Asociación Argentina de Tabacología (AsAT), estos compuestos son irritantes y potencialmente cancerígenos, con efectos negativos sobre el sistema respiratorio y cardiovascular.
Uno de los puntos más preocupantes es su impacto en adolescentes. Estudios citados por AsAT indican que quienes vapean tienen hasta tres veces más riesgo de comenzar a fumar cigarrillos convencionales, consolidando una nueva vía de iniciación tabáquica.
Salud respiratoria y mental en riesgo
El uso de cigarrillos electrónicos se asocia con mayor incidencia de tos crónica, bronquitis, asma y riesgo de EPOC. También se documentaron casos de EVALI, una lesión pulmonar grave vinculada al vapeo. A nivel psicológico, se observa mayor prevalencia de ansiedad y depresión, especialmente en jóvenes.
Contrario a lo que se cree, el vapeo puede generar adicción debido a la nicotina y a la dependencia conductual. Tampoco es una herramienta recomendada para dejar de fumar: no garantiza abstinencia total y su eficacia no supera a tratamientos aprobados y más seguros.
Situación legal en Argentina
Desde 2011, la ANMAT prohíbe la importación, venta y publicidad de cigarrillos electrónicos. Sin embargo, su comercialización persiste en un mercado informal sin controles sanitarios, lo que agrava los riesgos.
El aerosol también afecta a quienes conviven con usuarios. Se detectaron metabolitos de nicotina en personas expuestas y un aumento de síntomas respiratorios, con especial preocupación en niños y embarazadas.
La Asociación Argentina de Tabacología advierte que el vapeo no es inocuo ni seguro. Recomienda reforzar las regulaciones vigentes, limitar sabores que atraen a menores y promover tratamientos científicamente validados para dejar de fumar.
El diario
