El SENASA decomisó 3.000 kilogramos de carne de pollos transportados de manera irregular durante un operativo de fiscalización realizado sobre la Ruta Nacional Nº 7, en jurisdicción de Luján.
La carga, compuesta por 500 cajas, no cumplía con las normas sanitarias básicas exigidas para garantizar la inocuidad de los alimentos destinados al consumo humano.
A medida que avanzan los controles en rutas estratégicas del país, el organismo sanitario refuerza sus acciones para impedir el traslado y la comercialización de productos alimenticios sin certificación ni trazabilidad, una práctica que pone en riesgo la salud pública y afecta al comercio formal.
Durante un procedimiento de control integral a transportes, agentes especializados de los centros regionales Buenos Aires Norte y Metropolitano del SENASA detectaron que un camión que trasladaba carne aviar no contaba con la documentación sanitaria correspondiente. El vehículo provenía de Tapiales y tenía como destino final la ciudad de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires.
Según precisaron las autoridades, el transporte presentaba un permiso de tránsito apócrifo y, además, carecía de los precintos obligatorios exigidos por la normativa vigente para asegurar que la mercadería no sea manipulada ni adulterada durante el traslado.
Ante estas irregularidades, se procedió al decomiso total de la carga, que incluía:
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1.500 kilogramos de filet de pechuga de pollo
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1.500 kilogramos de pata y muslo
En total, los inspectores incautaron 3.000 kilos de pollos, los cuales quedaron fuera de circulación por no garantizar condiciones sanitarias adecuadas para su consumo.
La importancia de los controles de SENASA
Desde SENASA remarcan que este tipo de operativos cumplen un rol fundamental en la protección de la salud de la población. La falta de documentación sanitaria, la ausencia de trazabilidad y el incumplimiento de normas de higiene en cadena de frío representan riesgos directos para los consumidores.
La trazabilidad permite conocer el origen del producto, su recorrido y las condiciones en que fue transportado. En el caso de los pollos, un alimento de alto consumo en el país, garantizar estos controles es imprescindible para evitar enfermedades transmitidas por alimentos.
Además, las intervenciones contribuyen a sostener la legalidad del comercio, evitando la competencia desleal y frenando el accionar de operadores informales que vulneran las reglas de sanidad alimentaria.
El procedimiento contó con el apoyo de la Policía de Seguridad Vial de Luján y forma parte de un programa de fiscalización permanente que SENASA desarrolla en todo el territorio argentino. Estas acciones buscan impedir que productos sin garantías sanitarias ingresen al mercado, preservando la salud pública y el correcto funcionamiento de la cadena alimentaria.
Desde el organismo reiteraron la importancia de que todos los transportes que movilicen carne aviar cuenten con la documentación obligatoria, los precintos reglamentarios y las condiciones adecuadas de frío e higiene.
El decomiso de estos 3.000 kilogramos de pollos vuelve a poner en agenda la necesidad de reforzar controles y educar sobre la responsabilidad que implica transportar alimentos destinados al consumo masivo.
El diario
