La Justicia argentina ordenó suspender la venta de medicamentos fuera del ámbito de las farmacias. El fallo, emitido por la Sala I de la Cámara en lo Contencioso Administrativo Federal, establece que analgésicos y antiácidos —productos de venta libre— solo podrán ser comercializados bajo la supervisión directa de profesionales farmacéuticos.
La resolución judicial responde a una medida cautelar presentada por la Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y la Federación Farmacéutica de la República Argentina (FEFARA), que alertaban sobre los riesgos sanitarios de permitir la venta de medicamentos en supermercados, kioscos y otros establecimientos no especializados, tal como había sido autorizado por el DNU 70/2023.
Con esta medida, quedan suspendidos 10 artículos del mencionado decreto y su normativa complementaria, reinstaurando la obligación de que los medicamentos se comercialicen únicamente en farmacias habilitadas. Además, se elimina la posibilidad de que un mismo farmacéutico pueda estar al frente de más de un local de expendio, asegurando una supervisión real y efectiva.
¿Qué medicamentos se ven afectados?
La suspensión alcanza especialmente a los analgésicos y antiácidos, categorías que, pese a ser de venta libre, implican riesgos si no son administrados adecuadamente. El fallo impide que estos productos sigan siendo ofrecidos fuera del circuito farmacéutico formal, cerrando la puerta a su comercialización en tiendas no especializadas y a la venta directa al público desde droguerías.
La decisión prioriza el correcto manejo, conservación y dispensación de los medicamentos, cuestiones esenciales para garantizar su efectividad y evitar riesgos sanitarios, como la automedicación indebida o la degradación de los productos por falta de condiciones adecuadas de almacenamiento.
La importancia de la intervención farmacéutica
Los jueces Clara Do Pico, Liliana Heiland y Rodolfo Facio remarcaron en su sentencia que el expendio de medicamentos es inseparable del ejercicio profesional del farmacéutico. Destacaron que la venta de estos productos no puede regirse exclusivamente por criterios comerciales, sino que constituye un acto sanitario que requiere supervisión experta.
La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) celebró la sentencia, recordando que la actividad farmacéutica cumple una función sanitaria indelegable, tal como ya lo había establecido la Corte Suprema en el fallo “Farmacity”. Por su parte, la FEFARA destacó que la responsabilidad sobre la compra, conservación, dispensa y asesoramiento farmacéutico vuelve a quedar exclusivamente en manos de las farmacias.
Fundamentos jurídicos y sanitarios
El fallo pone el acento en dos elementos centrales para otorgar la medida cautelar: la “verosimilitud en el derecho” y el “peligro en la demora”. Es decir, existe un riesgo concreto para la salud pública si se mantiene la venta indiscriminada de medicamentos fuera de farmacias.
En su argumentación, los jueces criticaron el desapego de las modificaciones introducidas por el DNU respecto del potencial riesgo sanitario y la desatención del rol central del farmacéutico en el sistema de salud. Según el fallo, se priorizó un enfoque económico-comercial por sobre los principios de protección de la salud pública.
La suspensión de los artículos implicados estará vigente hasta que se dicte sentencia definitiva, conforme lo establece la Ley 26.854 sobre medidas cautelares.
Impacto para el futuro de la venta de medicamentos
Esta decisión judicial no solo frena una desregulación que generaba controversias, sino que también refuerza el papel de las farmacias como agentes sanitarios esenciales. La medida vuelve a poner en el centro la figura del farmacéutico, no solo como dispensador de medicamentos, sino también como asesor de confianza para los pacientes.
En un contexto donde el acceso a los medicamentos debe ir de la mano de la seguridad sanitaria, esta resolución marca un camino claro: los medicamentos son productos especiales que requieren un manejo profesional y responsable.
Así, se espera que, a partir de este fallo, se refuerce la conciencia social sobre la importancia de adquirir medicamentos exclusivamente en farmacias habilitadas y bajo supervisión profesional.