El Lujanero cayó 1-0 ante Deportivo Paraguayo en González Catán y se aleja de los puestos de vanguardia en la Zona B.

Este sábado por la tarde, en González Catán, el Lujanero volvió a quedarse con las manos vacías. En un partido chato, con pocas emociones y un campo de juego en condiciones muy desmejoradas, Luján cayó 1-0 frente a Deportivo Paraguayo y sumó su segunda derrota en el campeonato de la Primera C, un resultado que lo aleja momentáneamente de la cima de la Zona B.

Más allá del marcador, lo que más preocupa es el rendimiento. El equipo dirigido por Santiago Fredes fue incapaz de imponer condiciones ante un rival que llegaba con una sola victoria en once fechas y que encontró el triunfo casi por accidente, aprovechando una de las pocas situaciones claras que generó a lo largo del encuentro.

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Un primer tiempo que anticipó la monotonía

El partido comenzó con muchas imprecisiones y poco ritmo. El rectángulo de juego, visiblemente dañado, conspiró contra cualquier intento de fluidez, y el espectáculo se volvió predecible y lento. El Lujanero intentó hacerse del balón, pero sus avances se diluían rápidamente.

La primera jugada de peligro llegó por parte del local, cuando Zuccarino probó desde media distancia y obligó a Matías Lescano a estirarse con una mano para enviar la pelota al córner. Del otro lado, Luján respondió con un centro bien dirigido de Eladio Ramos que encontró la cabeza de Julián Ford, cuyo remate pasó apenas por encima del travesaño. Esa fue, en esencia, la única acción destacada del conjunto lujanense en la primera mitad.

El baldazo de agua fría llegó al inicio del complemento

La segunda mitad no podía haber comenzado peor para el Lujanero. Apenas transcurrido el primer minuto, Rodrigo Dinocco encontró espacio por la banda y sacó un remate cruzado que se metió junto al palo derecho de Lescano. Sin tiempo para acomodarse, Luján ya estaba en desventaja.

Desde ese momento, Deportivo Paraguayo se refugió cerca de su área y apostó a defender con uñas y dientes el 1-0. Luján tuvo el control del balón, pero ese dominio fue estéril: no hubo creatividad en la mitad de la cancha ni claridad en los metros finales. Las imprecisiones en el pase, la falta de sorpresa y la escasa movilidad ofensiva hicieron que el arquero Rolando Herrera no tuviera demasiadas complicaciones.

Eladio Ramos tuvo una chance clara de empatar, pero el destino le fue esquivo una vez más. La pelota se negó a entrar, y el tiempo, implacable, consumió cualquier intento de reacción.

La derrota golpea fuerte al grupo. El Lujanero no solo dejó pasar la posibilidad de sumar ante un rival accesible en los papeles, sino que además mostró una imagen preocupante. Las ideas escasearon, el juego asociado estuvo ausente, y la defensa volvió a tener un lapsus fatal que terminó definiendo el resultado.

Lo que viene: corregir, trabajar y levantar

El Lujanero sigue siendo un equipo con potencial, pero necesita reencontrarse con su mejor versión. Para mantenerse con vida en la lucha por el ascenso, Luján deberá mejorar en todas las líneas, recuperar la intensidad y, sobre todo, volver a creer en su juego.

La próxima fecha será crucial para dar vuelta la página. Los de la banda recibirán a Atlas en el 1° de Abril, por la fecha 13.