El Lujanero empató con Sportivo Barracas en el 1° de Abril y, tras un final agónico, cayó en los penales quedando fuera del Reducido por el ascenso.
El Lujanero se despide del sueño del ascenso
El Lujanero vivió una jornada de emociones intensas y final doloroso en el Estadio 1° de Abril. Luego del empate sin goles en la ida, el equipo dirigido por Santiago Fredes igualó 1-1 con Sportivo Barracas en la vuelta de los cuartos de final del Reducido por el segundo ascenso a la Primera B, pero fue el elenco visitante el que terminó festejando desde los doce pasos.
El partido, disputado desde las 15.30 bajo el arbitraje de Mateo Bocaccia, dejó en claro que ambos equipos se conocían bien y que el margen de error sería mínimo. Fredes realizó dos variantes respecto al duelo anterior: Tomás Bellido ingresó por Lucas Gómez, mientras que Brandon Arriola reemplazó a Tomás Luján.
Primer tiempo: dominio repartido y penal clave para el Lujanero
El inicio fue de estudio, con ambos conjuntos intentando imponer condiciones en el mediocampo. Sportivo Barracas fue el primero en encontrar espacios, sobre todo por el sector izquierdo, donde lastimó con diagonales y velocidad. Sin embargo, con el correr de los minutos Luján se asentó y empezó a generar peligro.
A los 24 minutos llegó la más clara para el local: Leandro Coronel filtró un gran pase para Arriola, quien se escapó desde mitad de cancha y abrió a la izquierda para Facundo Rojas. El centro rasante encontró a Eladio Ramos por el segundo palo, pero el delantero no logró definir con precisión y su remate se fue increíblemente desviado.
El aviso despertó a la visita, que casi se pone en ventaja a los 29 minutos tras un error defensivo. Julián Rodríguez robó la pelota, eludió a Matías Lescano y definió con el arco libre, pero la pelota se fue afuera ante el lamento de todo Barracas.
Cuando parecía que el primer tiempo se encaminaba al descanso sin emociones, a los 39 minutos Tomás Bellido interceptó un pase corto de Matías Blengio, provocando una infracción dentro del área. El árbitro no dudó y marcó penal. Eladio Ramos, decidido a redimirse, remató al palo izquierdo del arquero y desató la alegría de San Emilio: 1 a 0 para el Lujanero.
Complemento: polémica, lesiones y una eliminación que dolió
Con la desventaja, Sportivo Barracas adelantó sus líneas en el complemento y, apenas a los tres minutos, llegó la polémica del partido: un remate de Lucas Rancic rebotó en el brazo de Diego Molina dentro del área, pero el juez consideró que no hubo intención y dejó seguir ante los reclamos airados del banco visitante.
El Lujanero, aunque sufrió la lesión de Ramos, se mantuvo firme y volvió a generar ocasiones claras. A los 19 minutos, Arriola desbordó y asistió a Lucas Gómez, quien estrelló su remate en el palo; en el rebote, Oviedo remató por encima del travesaño. Poco después, Gómez volvió a quedar mano a mano, pero su disparo fue contenido por el arquero rival.
El partido se volvió friccionado, y a los 33 minutos el conjunto visitante quedó con uno menos: Jorge Rosas Quintero le propinó un cabezazo a Julián Ford y vio la roja directa. Con superioridad numérica y ventaja en el marcador, todo parecía encaminado para que Luján sellara su pase a semifinales.
Sin embargo, el fútbol una vez más mostró su cara más cruel. En el sexto minuto de adición, Román Elsegood aprovechó una desatención en el fondo y empujó la pelota al gol desde el área chica. El empate 1-1 envió la serie a los penales.
La lotería desde los doce pasos
En la definición, la efectividad estuvo del lado visitante. Sportivo Barracas convirtió sus cinco disparos, mientras que el Lujanero no pudo quebrar la resistencia del arquero rival. El sueño del ascenso terminó en la tanda más cruel del fútbol.
Balance y cierre de temporada
Pese a la eliminación, el Lujanero cierra una campaña con momentos de buen fútbol, mística en casa y la convicción de haber peleado hasta el final. El proceso de Santiago Fredes mostró una identidad competitiva que ilusiona de cara al futuro.
El barrio San Emilio despidió a su equipo entre aplausos, reconociendo el esfuerzo y la entrega de un plantel que, aunque se quedó sin premio, dejó todo por la camiseta.