El pasado domingo 2 de marzo, el Panteón de los Notables del Cementerio de la Chacarita, se convirtió en el escenario de un emotivo homenaje al legendario piloto del TC Juan Gálvez.
La Asociación Amigos del Turismo Carretera (AATC) acompañó a Ricardo Gálvez, hijo del mítico campeón, y a su familia en una ceremonia que conmemoró el 62° aniversario de la trágica desaparición del “Rey del TC”, ocurrida el 3 de marzo de 1963. Este año, por motivos personales de la familia, el acto se adelantó un día, pero no perdió un ápice de su carga emotiva ni de su relevancia histórica.
Juan Gálvez no es solo un nombre en los anales del automovilismo argentino; es un ícono cuya huella en el TC permanece imborrable. Con un récord de campeonatos argentinos que aún hoy nadie ha igualado, su legado trasciende generaciones y sigue siendo un faro para los amantes de las carreras de autos. El evento en Chacarita fue una muestra de ello: admiradores, excompañeros y curiosos se reunieron para rendir tributo a quien marcó una era en el Turismo Carretera.
Una Placa para el Eterno Campeón del TC
Durante la ceremonia, la AATC dejó su marca al colocar una placa conmemorativa en honor a Juan Gálvez y su fiel acompañante, Raúl Cottet, quien lo secundó en tantas hazañas sobre el asfalto. La placa, instalada en el Panteón de los Notables, simboliza el reconocimiento eterno a un piloto que no solo dominó las pistas, sino que también conquistó el corazón de miles de fanáticos del TC.
Ricardo Gálvez, visiblemente emocionado, tomó la palabra para recordar a su padre. Sus anécdotas y reflexiones sirvieron como puente entre el pasado glorioso del TC y el presente, donde la figura de “Juancito” sigue inspirando. El encuentro, que se extendió por casi tres horas, se llenó de charlas espontáneas entre los asistentes. Muchos compartieron recuerdos personales: desde quienes lo vieron correr en vivo hasta aquellos que crecieron escuchando las historias de sus victorias. El ambiente fue una mezcla de nostalgia y admiración por el hombre que llevó al Turismo Carretera a lo más alto.
Un Tesoro para el Museo del TC
Uno de los momentos más destacados del acto fue cuando Ricardo Gálvez entregó a la AATC un pergamino original, un documento histórico que había sido obsequiado a su padre en reconocimiento a sus múltiples victorias y campeonatos en el TC.
Este valioso objeto pasa ahora a formar parte del patrimonio del Museo de la Asociación Amigos del Turismo Carretera, ubicado en Guido Spano 3941, San Martín, a pocos metros de la intersección de Ruta 8 y General Paz, en la provincia de Buenos Aires.
Según informaron desde la institución, el museo abrirá sus puertas al público en breve, permitiendo a los fanáticos del TC acercarse aún más a la historia de Juan Gálvez y del automovilismo argentino.
El TC y su Historia Viva
El Turismo Carretera, conocido como TC, es mucho más que una categoría automovilística en Argentina: es una pasión que atraviesa generaciones. Juan Gálvez, con su estilo único y su talento inigualable, fue uno de los pilares que consolidaron esta disciplina como un fenómeno cultural. Sus 9 campeonatos y su trágico final en la Vuelta de Olavarría de 1963 lo convirtieron en una leyenda. Por eso, actos como el del pasado domingo no solo honran su memoria, sino que también mantienen viva la esencia del TC en un mundo que avanza a toda velocidad.
La Comisión Directiva de la AATC expresó su agradecimiento a través de un comunicado: “Queremos destacar la presencia de todos los que, en gran número, nos acompañaron en este nuevo aniversario. Recordar a Juan Gálvez es recordar la grandeza del Turismo Carretera”. La convocatoria, fue un éxito, demostrando que el espíritu del TC sigue latiendo con fuerza.
Un Legado que Traspasa el Asfalto
El homenaje a Juan Gálvez en Chacarita no fue solo un acto de memoria; fue una celebración de lo que el TC representa para Argentina. Desde sus inicios en las rutas polvorientas hasta los circuitos modernos, el Turismo Carretera ha sabido adaptarse sin perder su identidad. Y en el centro de esa historia está “Juancito”, un nombre que resuena cada vez que un motor ruge en una carrera.
Para quienes deseen conocer más sobre este ídolo del TC, el museo de la AATC promete ser un espacio imperdible. Con piezas como el pergamino donado por Ricardo Gálvez, los visitantes podrán sumergirse en los días de gloria de un piloto que dejó todo en la pista. Mientras tanto, el Panteón de los Notables guarda en silencio la placa que lo inmortaliza, un recordatorio de que, en el Turismo Carretera, los héroes nunca mueren.
Con información de Autoshowslot