Suben los contagios por Hantavirus, crece la mortalidad y Salud pide intensificar la prevención

Radio Estación Luján
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El Boletín Epidemiológico Nacional confirmó 23 contagios y 9 muertes por hantavirus en 2025. La región Centro concentra la mayoría de los casos y recomiendan reforzar medidas de prevención.

Un Clic que salva vidas

El más reciente Boletín Epidemiológico Nacional (BEN), publicado por el Ministerio de Salud de la Nación, encendió las alertas sanitarias al confirmar un incremento de contagios y muertes por hantavirus en distintas regiones del país. Con 23 casos registrados y 9 fallecimientos en lo que va del año, Argentina enfrenta un aumento del 17% respecto de la media histórica del período 2020-2024, una variación que exige reforzar la vigilancia epidemiológica y la prevención comunitaria.

El informe, actualizado a la última semana de noviembre de 2025, muestra un dato particularmente preocupante: en los últimos dos años no se habían registrado casos en este mismo período, lo que convierte a 2025 en una temporada atípica. La letalidad actual alcanza el 39%, un porcentaje elevado y en debate entre las jurisdicciones más afectadas, principalmente dentro de la región Centro.

Distribución geográfica: zonas donde se concentra la actividad viral

El BEN identifica un mapa epidemiológico dividido en cuatro regiones del país:

  • Noroeste (NOA): Salta, Jujuy y Tucumán
  • Noreste (NEA): Misiones, Formosa y Chaco
  • Región Centro: Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos
  • Región Sur: Neuquén, Río Negro y Chubut

El mayor impacto se observa en la región Centro, que concentra el 70% de los casos confirmados. Allí, 16 de los 23 infectados corresponden a esta zona, lo que la coloca en un estado de alerta epidemiológica. Sin embargo, la incidencia más alta —es decir, la cantidad de casos en relación con la población— se registró en el Sur: con solo cuatro casos, la tasa trepó a 0,13 por cada 100.000 habitantes, más del doble del promedio nacional (0,05).

El boletín también informa que el NOA se encuentra dentro del umbral de alerta, mientras que en la Patagonia se confirmaron episodios recientes, entre ellos el fallecimiento de un hombre de 43 años en Bariloche, el tercer caso registrado en la región durante el año.

Suben los contagios por Hantavirus

Estacionalidad del hantavirus

El análisis nacional del Ministerio de Salud señala un patrón histórico repetido: alrededor del 90% de los casos se concentran entre septiembre y abril, con un pico del 50% entre noviembre y enero. Esto se relaciona con los hábitos de los roedores, que durante la primavera y el verano aumentan su actividad, buscan alimento y se acercan más a entornos habitados.

Para evaluar la evolución anual del hantavirus, el BEN compara cada período desde la Semana Epidemiológica (SE) 25 de un año hasta la SE 24 del siguiente. De esta manera se analiza la incidencia estacional y se determinan variaciones respecto de temporadas anteriores.

Los roedores silvestres —especialmente el ratón colilargo en Argentina— son los principales reservorios del virus. Estos animales pueden portar el patógeno sin enfermar y liberarlo a través de su orina, saliva y heces. Cuando estos fluidos se secan, se transforman en partículas que quedan en el ambiente y pueden inhalarse fácilmente.

La mayoría de los contagios se produce durante actividades como:

  • Limpieza de galpones, cabañas, viviendas rurales o estructuras que permanecieron cerradas.
  • Ingreso a edificios abandonados.
  • Manipulación de materiales contaminados.

El BEN aclara que la transmisión entre personas es extremadamente rara, registrada solo en situaciones aisladas en América del Sur. Este dato resulta esencial para evitar alarmas infundadas y orientar las acciones de prevención hacia lo que sí representa un riesgo real: el contacto con roedores y con superficies contaminadas.

Factores que explican el aumento de contafios

El nuevo informe epidemiológico destaca la interacción de tres elementos que explican la dinámica del virus:

  1. Ambiente: zonas rurales, boscosas o periurbanas donde los roedores encuentran alimento y refugio.
  2. Clima: primaveras e inicios de verano más cálidos favorecen la reproducción de los roedores.
  3. Actividad humana: limpieza de viviendas cerradas, tareas agrícolas o turismo en zonas naturales aumentan la exposición.

En conjunto, estos factores generan lo que el BEN describe como “ambientes de riesgo”, donde las probabilidades de contacto con el virus se multiplican.

Una de las funciones centrales del BEN es identificar comportamientos inusuales. Cuando una región supera el promedio histórico de casos, se activa un umbral de alerta, lo que obliga a reforzar acciones como:

  • Control de roedores.
  • Comunicación preventiva.
  • Capacitación de equipos de salud.
  • Relevamiento ambiental en zonas críticas.

Cada provincia notifica los casos sospechosos en un sistema común, que luego es analizado para determinar si cumplen criterios diagnósticos. Esa articulación permite detectar brotes, anticipar escenarios y organizar respuestas más rápidas.

Suben los contagios por Hantavirus

Síntomas que requieren atención médica inmediata

El hantavirus puede manifestarse en dos formas clínicas principales: el Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH) —frecuente en América— y la Fiebre Hemorrágica con Síndrome Renal (FHSR) —más presente en Europa y Asia—.

Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH)

  • Fase inicial: fiebre, escalofríos, fatiga, dolores musculares intensos, náuseas, vómitos y dolor abdominal.
  • Fase tardía: tos seca, falta de aire, acumulación de líquido en los pulmones y riesgo de insuficiencia respiratoria aguda.
  • Letalidad estimada: 38%.

Fiebre Hemorrágica con Síndrome Renal (FHSR)

  • Alta frecuencia en Asia y Europa.
  • Incluye fiebre, dolor lumbar, visión borrosa, enrojecimiento facial, hemorragias y posible insuficiencia renal aguda.
  • Letalidad variable: entre 5% y 15%, según el subtipo viral.

Suben los contagios por Hantavirus

Medidas de prevención que recomienda el Ministerio de Salud

El BEN insiste en que la prevención es la herramienta más eficaz. Entre las prácticas recomendadas se destacan:

  • Ventilar al menos 30 minutos cualquier ambiente cerrado antes de limpiarlo.
  • Humeder superficies antes de barrer o limpiar para evitar que se levanten partículas virales.
  • Usar guantes, barbijo y protección ocular en tareas de limpieza.
  • Evitar la presencia de basura, restos de comida o agua estancada.
  • Sellar grietas o huecos que puedan permitir el ingreso de roedores.
  • Guardar alimentos en envases herméticos.
  • Evitar el contacto directo con roedores, vivos o muertos.

La educación sanitaria, subraya el informe, es esencial para reducir los contagios, especialmente en poblaciones rurales, trabajadores agrícolas y turistas que visitan zonas boscosas.

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