En barrio Lanusse se ha convertido en el epicentro de un crimen complejo tras el hallazgo del cuerpo de un hombre de 29 años, identificado como Diego Heinderinch, en el interior de su vivienda de calle Del Pilar al 3200.
Lo que se inició con un llamado al 911 por un presunto suicidio, rápidamente derivó en una causa por “Homicidio” que hoy pone bajo la lupa a su propio hermano, Federico Martín Heidenreich (25).
El caso está plagado de interrogantes: la víctima presentaba un disparo en el pecho, un indicio que, sumado a la desaparición del arma de fuego en la escena, debilita la hipótesis inicial de autoeliminación. Con un trasfondo familiar marcado por adicciones y conflictos, la investigación avanza sobre un terreno frágil, sin testigos directos y con versiones vecinales contradictorias que dividen a la comunidad.
La Escena del Crimen y las Dudas de la Policía Científica
La secuencia que alertó a las autoridades se inició cerca de las 14:30 del pasado sábado, cuando personal policial arribó al domicilio ubicado en Del Pilar 3427, una casa en estado de semi abandono donde convivían los hermanos Diego y Federico. Curiosamente, la Policía ya había visitado la zona a diario desde el lunes 17, cuando Federico había denunciado la desaparición de Diego, dando lugar a una causa por “Averiguación de paradero”.
El hallazgo del cuerpo lo realizó Dina Salomé Heidenreich, teniente primera de la Bonaerense y hermana de las víctimas, quien ingresó a la casa con la intención de colocar carteles de búsqueda junto a Federico. Al encontrar a Diego sin vida en una habitación con una herida de arma de fuego, la escena generó inmediatamente dudas en los investigadores:
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Ausencia del Arma: El elemento más llamativo es que el arma de fuego nunca fue encontrada en el lugar.
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Silencio Vecinal: Nadie en la cuadra, conocida por ser tranquila, escuchó el sonido de un disparo a la hora estimada de la muerte.
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Pericias Forenses: El médico policial constató la muerte y la herida compatible con arma de fuego en la sexta intercostal anterior izquierda. La data estimada de muerte oscilaba entre las 2 y las 5 de la mañana.
Especialistas señalaron que un disparo en esa zona del pecho no es el lugar más común en casos de suicidios, aunque no es imposible. La falta de lesiones defensivas también añadió misterio al panorama.
Un Enigma de la Guerra Familiar y el Hermano Reaparecido
Pocas horas después del trágico hallazgo, mientras la Policía Científica trabajaba en la escena, Federico Martín Heidenreich, el hermano que había sido denunciado como desaparecido y cuyo paradero era buscado desde hacía 72 horas, apareció caminando por la calle Del Pilar, regresando al domicilio desde el Acceso Oeste.
La aparición de Federico fue clave, pues el joven arrastra serios problemas de adicción y, según el testimonio de vecinos, la relación con Diego estaba profundamente deteriorada. “No es fácil vivir con un drogón”, confesó una vecina, reflejando el conflicto constante en la vivienda. Incluso, algunos vecinos afirmaron haber visto a Federico horas antes en un punto de venta de drogas en el barrio Los Paraísos.
La Fiscalía interviniente actuó de inmediato, ordenando la aprehensión de Federico y notificándolo de la formación de la causa por “Homicidio“. Si bien la Justicia dispuso su liberación a las pocas horas por considerar que, por el momento, no existían elementos suficientes para imputarle el crimen directamente, sí se dispuso una medida de contención y evaluación psiquiátrica debido a su estado de vulnerabilidad y adicciones.
La investigación de este presunto crimen doméstico, con la sospecha inicial sobre Federico y la inclusión de otros implicados (incluyendo a un vecino lindero por viejos conflictos) a través de dermotest, se enfoca en tres puntos críticos: la ausencia del arma, el comportamiento errático de Federico y el contexto de conflictos familiares. Hasta que las pericias balísticas y toxicológicas arrojen resultados, la muerte de Diego Heinderinch seguirá siendo un enigma sin resolver en el barrio Lanusse.
El diario
