El municipio se encuentra trabajando en la continuidad de las obras del plan de empedrado, con el objetivo de mejorar las condiciones de calles en barrios y localidades.
Esta serie de obras, que se está llevando adelante íntegramente con fondos municipales, proyecta el mejoramiento de alrededor de 1.000 calles mediante trabajos de peraltado, zanjeo y colocación de tosca.
Trabajos de empedrado en barrios y localidades
Actualmente, las obras se están ejecutando en el barrio Juan XXIII, y está previsto continuar en Valle Verde, Altos de Valle Verde, Jáuregui, Pueblo Nuevo, Loreto, Cortines, Zapiola, Villa del Parque y Lanusse.
Durante 2025, el municipio llevó a cabo mejoras en Villa Clotilde, Las Moras, Hostería Norte, San Emilio, San Bernardo, Ameghino, 12 de Abril, Los Laureles y Open Door.
La piedra del ripio colocada sobre la calzada permite que el agua escurra sin acumularse, evitando la formación de charcos que dificultan el tránsito. Esta acción, coordinada con las obras de zanjeo, contribuirá a que las lluvias no representen un problema para la circulación de los vecinos y vecinas de Luján.
Más que piedras: un cambio profundo en la infraestructura urbana
El empedrado es una técnica de pavimentación que utiliza piedras de granito o materiales similares dispuestos sobre una base compactada. Esta forma de pavimentación, que en muchos casos reemplaza a las calles de tierra, permite mejorar notablemente el tránsito y la conectividad interna de los barrios, especialmente durante los días de lluvia, cuando las calles sin tratamiento se vuelven intransitables.
Entre los beneficios más destacados se encuentran:
✅ Mejoras en la transitabilidad
Uno de los principales reclamos de los vecinos de zonas urbanas y periurbanas es el estado de las calles. El empedrado reduce el barro, los pozos y el polvo, facilitando el acceso de peatones, bicicletas, vehículos particulares, transporte público y ambulancias. Esto es clave para garantizar la movilidad y el acceso a servicios básicos como salud, educación y seguridad.
✅ Mayor durabilidad y bajo mantenimiento
A diferencia del asfalto, el empedrado tiene una vida útil prolongada, requiere menor mantenimiento y puede ser reutilizado o reparado por sectores sin necesidad de repavimentar calles completas. Esta característica lo convierte en una opción económica y ecológica a largo plazo.
✅ Drenaje natural y menor riesgo de inundaciones
Las juntas entre las piedras permiten una mejor absorción del agua de lluvia, disminuyendo la formación de charcos y ayudando a drenar el exceso hídrico de manera más natural. Esta propiedad reduce el riesgo de inundaciones y erosión, especialmente en zonas con suelos arcillosos o con pendientes.
✅ Revalorización del entorno urbano
El empedrado también aporta valor estético a las calles, armoniza con el paisaje barrial y contribuye a la identidad del lugar. En muchos casos, este tipo de obra revaloriza las propiedades y fomenta el sentido de pertenencia de los vecinos.
✅ Fomento del empleo local
Los trabajos de empedrado requieren mano de obra intensiva, lo que implica la contratación de trabajadores locales y el impulso a pequeñas cooperativas o cuadrillas municipales. De este modo, además de mejorar la infraestructura, se dinamiza la economía del barrio y se promueve la inclusión laboral.
Obras que integran y generan comunidad
Además de sus beneficios técnicos, el empedrado genera una transformación social. La obra es percibida como una respuesta concreta del Estado a las necesidades barriales. Los vecinos suelen involucrarse, supervisar los avances y participar en la planificación junto a los equipos municipales. Esta sinergia fortalece los lazos comunitarios y estimula una convivencia más activa.
En barrios donde nunca antes se había realizado una obra de este tipo, el empedrado es una señal de progreso y de reconocimiento. Permite romper con la histórica desigualdad urbana entre el centro y la periferia, integrando a los barrios populares en un esquema de desarrollo urbano más justo y equitativo.
El empedrado de calles no es una solución temporal ni un simple embellecimiento. Es una obra estratégica que mejora la calidad de vida de miles de familias, aporta sustentabilidad, genera empleo, fortalece la infraestructura urbana y crea comunidades más integradas. A medida que más municipios apuestan por este tipo de intervención, se consolida como una herramienta clave para el desarrollo barrial y una muestra de que el crecimiento urbano también puede ser ordenado, inclusivo y pensado a largo plazo.