La actividad de la construcción mostró signos alentadores en junio de 2025, con una mejora significativa en la demanda de materiales por parte del sector privado.
Según el Índice Construya (IC), que evalúa la evolución de los volúmenes vendidos por las principales empresas del rubro, el sector experimentó un crecimiento del 15,5% en comparación con mayo, en términos desestacionalizados, y un aumento del 14,4% interanual.
Este indicador, considerado un termómetro clave para medir el pulso del sector privado de la construcción, reveló además que el acumulado del primer semestre del año cerró con un incremento del 11,1% respecto al mismo período de 2024. La tendencia positiva se sostiene por segundo mes consecutivo, reforzando la percepción de una reactivación paulatina de la demanda, en especial para obras residenciales.
Qué mide el Índice Construya
El IC se compone del seguimiento de los despachos de insumos que fabrican las empresas líderes del sector. Entre los productos monitoreados se encuentran:
- Ladrillos cerámicos
- Cemento portland y cal
- Aceros largos
- Carpintería de aluminio
- Adhesivos, pastinas y pinturas impermeabilizantes
- Sanitarios, grifería y sistemas de conducción de agua
- Calderas y sistemas de calefacción domésticos
- Pisos, revestimientos cerámicos y materiales eléctricos
Estos insumos son clave para la construcción de viviendas y obras privadas, por lo que el comportamiento de su comercialización es un indicador anticipado del dinamismo en el sector.
Una recuperación sujeta al contexto económico
Desde el ámbito de la construcción se destaca que el crecimiento registrado refleja una mejora en las expectativas y una incipiente reactivación de obras residenciales. Sin embargo, también se advierte que la consolidación del repunte dependerá de la estabilidad macroeconómica en el mediano plazo.
“Se percibe una recuperación muy gradual de la demanda de insumos, lo que indica una reactivación contenida, pero sostenida, que podría afianzarse si se mantiene el proceso de estabilización de la economía”, explicaron referentes del sector.
La actividad venía golpeada por la contracción del crédito, la inflación y la incertidumbre en el mercado inmobiliario. No obstante, en el segundo trimestre comenzaron a observarse señales de recuperación, impulsadas en parte por una mayor previsibilidad económica y una baja en el ritmo inflacionario, que alienta a desarrolladores y particulares a retomar proyectos postergados.
Construcción: un motor clave para la economía
La construcción es uno de los sectores con mayor capacidad para generar empleo y dinamizar el mercado interno, debido a su efecto multiplicador sobre otros rubros como el transporte, la metalurgia, la industria del vidrio, la madera, los servicios técnicos y la mano de obra no calificada.
Un sostenido crecimiento en esta área puede traducirse en una mejora del empleo formal y una recuperación de la actividad económica general, en especial en un contexto donde la obra pública ha perdido protagonismo y la inversión privada cobra mayor relevancia.
Perspectivas para el segundo semestre
El comportamiento positivo del primer semestre abre la posibilidad de que 2025 cierre con un saldo favorable en el rubro de la construcción. No obstante, el sector mantiene una postura cautelosa, dado que la reactivación aún no alcanza niveles prepandemia ni los picos de años anteriores.
Todo dependerá, señalan expertos, de factores clave como la evolución de las tasas de interés, la estabilidad del tipo de cambio y la eventual recuperación del crédito hipotecario, que sigue siendo limitado en gran parte del país.
Aun así, el crecimiento de más del 15% registrado en junio permite mirar con optimismo el futuro inmediato, en un escenario donde la construcción comienza a recuperar terreno y a posicionarse nuevamente como uno de los pilares del desarrollo económico nacional.