El reciente veto presidencial a la ley de financiamiento universitario abrió un escenario de fuerte conflictividad en el ámbito académico, gremial y político.
La decisión del presidente Javier Milei no solo golpea la estructura presupuestaria del sistema universitario público, sino que además profundiza la crítica situación salarial que atraviesan docentes, investigadores y trabajadores no docentes en todo el país.
Desde la Universidad de Buenos Aires (UBA), el vicerrector Emiliano Yacobitti advirtió que la medida compromete seriamente la continuidad del modelo de educación pública argentina: “Si no logramos revertir este veto en la Cámara de Diputados, vamos a tener que acostumbrarnos a dejar de ver a las universidades públicas tal cual las conocemos”, señaló en declaraciones radiales.
Impacto económico y crisis salarial
La UBA explicó que, en paralelo al recorte presupuestario, los salarios docentes ya sufrieron una pérdida del 40% en su poder adquisitivo. Esta situación deja a buena parte del cuerpo académico con ingresos de subsistencia, afectando la calidad de la enseñanza, la investigación y la extensión universitaria.
Frente a este panorama, el rectorado de la UBA convocó a una conferencia de prensa para este miércoles al mediodía, con la participación del rector Ricardo Gelpi. Allí se anunciará un llamado a la ciudadanía a movilizarse en defensa de la educación pública y del financiamiento universitario como herramienta estratégica para el desarrollo nacional.
Paro docente y plan de lucha nacional
En paralelo, la Federación de las Universidades Nacionales (FEDUN) junto a gremios como CTERA, CONADU, CONADU Histórica, FAGUDT, FATUN y UDA convocaron a un paro docente nacional de 24 horas para el viernes 12 de septiembre. La medida se enmarca en un plan de lucha que también prevé una nueva Marcha Federal hacia el Congreso de la Nación, coincidiendo con el debate parlamentario sobre el veto.
En un comunicado conjunto, los gremios remarcaron que el Gobierno “sigue sin escuchar lo que la sociedad argentina le demanda sobre la importancia de la educación pública” y advirtieron sobre el déficit presupuestario, el deterioro de las condiciones laborales y el riesgo de paralización de las universidades nacionales.
El debate ahora se centra en el Parlamento. La oposición trabaja en la convocatoria a una sesión especial para insistir con la aprobación de la ley de financiamiento universitario. Si consigue dos tercios de los votos en ambas cámaras, el veto presidencial podría revertirse, habilitando una salida institucional al conflicto.
Mientras tanto, en las aulas y en las calles, crece la presión social. Yacobitti planteó que la estrategia será doble: movilización ciudadana y diálogo con los bloques legislativos. “Esto no tiene que ver con un ajuste, tiene que ver con una vocación del Gobierno de destruir algo que funciona”, sentenció.
Voces desde la Universidad Nacional de Luján
En el interior bonaerense, la reacción también es contundente. Karina López, secretaria de Capacitación de la Asociación de Trabajadores de la Universidad Nacional de Luján (ATUNLu), calificó al veto como “criminal” y llamó a “enfrentarlo con todas nuestras fuerzas”.
En diálogo radial, la dirigente sostuvo que la educación superior pública es “la única herramienta de ascenso social que tienen las y los trabajadores de esta Nación”.
La UNLu ya anunció para este jueves 11 una jornada de visibilización con la participación de nodocentes y estudiantes, en la que se debatirá el impacto del veto y se definirán nuevas medidas de acción. “Tenemos que presionar lo suficiente como para que el veto no suceda, pero si sucede hay paro y marcha”, aseguró López.
Un conflicto abierto
El futuro inmediato del sistema universitario argentino se juega en varios frentes: la reacción gremial en las calles, la presión de la comunidad académica y el debate legislativo en el Congreso.
Lo que está en juego no es solo un presupuesto: es la continuidad del financiamiento universitario que garantiza la existencia de universidades públicas gratuitas, inclusivas y de calidad, reconocidas en el mundo por su rol en la formación profesional, la investigación y la movilidad social.