En Argentina, gran parte de la agenda pública ambiental está dominada por una ideología de izquierda que limita el desarrollo y el progreso humano.
Por Cristián Frers
Esa visión parte de la idea de que hay una guerra entra la naturaleza y las personas. La problemática radica en que este discurso es anti ciencia, dogmático y prohibicionista, lo que condena al país al atraso. Una de sus falencias radica en que no aceptan que el ambiente debe ser sostenible para las personas. Al vedar actividades productivas sin fundamento técnicos, se obtura el desarrollo de la industria y, sobre todo, de las personas.Ante ello, propongo un cambio de paradigma. Mi propuesta es que, quienes piensen diferente, se animen a desarrollar un discurso que se base en favor de la protección ambiental, el desarrollo económico y social, que eleve la integridad, la libertad y la dignidad de las personas.
Los que no se identifiquen con posiciones extremas o dogmáticas deben tener un discurso propio que propongan mejorar el ambiente, la creación de riqueza en una economía de mercado que se base en el desarrollo sustentable basada en tecnologías biotecnológicas, la disminución de la pobreza y la libertad. Teniendo en cuenta estas propuestas, las decisiones políticas deben basarse en la ciencia.
No estoy planteando un paraíso anarco capitalista, por lo que en ningún momento desdeño la actuación de la administración y su capacidad. Lo más avanzado es la diversificación de la gestión de la conservación si hubiese interés ciudadano.
El cambio climático y otros problemas de contaminación a pequeña y gran escala desafían la tradición intelectual liberal clásica, particularmente su énfasis en los derechos de propiedad y la autoridad descentralizada. Si bien los pensadores liberales clásicos han explicado cómo los mercados competitivos y los derechos de propiedad fomentan la eficiencia, la innovación y la utilización sostenible, se ha prestado menos atención a los desafíos ambientales que han surgido en el siglo XXI.
La política ambiental es la fijación de un conjunto armónico e interrelacionado de objetivos, que se orientan al mejoramiento del ambiente y al manejo adecuado de los recursos naturales. A esto objetivos se deben incorporar decisiones y acciones específicas destinadas al cumplimiento de los mismos, con el respaldo de normas, instituciones y procedimientos que permitan lograr la funcionalidad de dichas políticas.
Muchas veces la falta de coordinación y de planificación de las acciones de los gobiernos han derivado en una total ineficacia de sus políticas, y han significado, en las cuestiones ambiente y de infraestructura, la necesidad de volver al principio, a cero. Las muy pocas veces que se han establecido medidas anticontaminación de los cursos de agua, se acciona contra diversas empresas, pero no se tienen en cuenta los basureros a cielo abierto, que siempre se encuentran a la vera de los ríos, o se vierten líquidos cloacales sin tratamiento alguno, o simplemente se fugan efluentes ante la complicidad de ciertos funcionarios que hacen la vista gorda.
Gran parte del problema de deterioro ambiental en el país se debe al convencimiento de que los recursos naturales son ilimitados e invulnerables, a la falta de una política adecuada, a la ausencia de coordinación en la aplicación de las normas y a la insuficiencia de información y conciencia pública sobre la protección de la naturaleza y el alcance de los sistemas de protección.
El fundamento del orden social de la gente libre es el auto gobierno, no la autoridad gubernamental y el poder centralizado. Es mediante la toma descentralizada de decisiones metida profundamente en los dilemas locales que encaran las personas reales, que moviliza los incentivos dentro de una estructura de reglas local y que utiliza el conocimiento vecinal, cómo el proceso de desarrollo institucional asegura que el auto gobierno sea una gobernanza efectiva, que permita que seres humanos falibles manejen razonablemente los recursos escasos y las relaciones entre ellos.
Cristián Frers – Técnico Superior en Gestión Ambiental y Técnico Superior en Comunicación Social (Periodista).