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La pobreza en Argentina experimentó una notable disminución en el tercer trimestre de 2024, de acuerdo con los datos revelados por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA y el INDEC.
Estos números indican un respiro para millones de argentinos, aunque la situación sigue siendo precaria para gran parte de la población.
Disminución de la Pobreza y la Indigencia
Según las cifras, la pobreza en el país se redujo al 38,9%, un descenso significativo respecto al 52,9% registrado en el primer semestre de 2024. Esta mejora también se reflejó en la indigencia, que cayó al 8,5%, frente al 18,1% del periodo anterior. Estos resultados fueron respaldados por el Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales, que destacó el avance en el bienestar de los hogares más vulnerables.
La caída en estos índices puede atribuirse a varios factores clave. En primer lugar, el aumento de los ingresos familiares, que lograron superar a la inflación, especialmente en lo que respecta a los alimentos. Además, los ajustes en los beneficios sociales, como la Asignación Universal por Hijo (AUH), contribuyeron a aliviar la situación económica de los sectores más empobrecidos. En particular, la AUH experimentó un incremento del 351,5% en un año, pasando de $20.661 en diciembre de 2023 a $93.281 en diciembre de 2024, lo que ha tenido un impacto directo en la mejora de los ingresos de muchas familias.
¿Una Salida de la Crisis?
Agustín Salvia, director del Observatorio de la UCA, señaló que, con estos avances, Argentina habría logrado salir de la crisis económica que marcó el 2023. Según Salvia, los niveles de pobreza estructural se encuentran ahora entre el 30% y el 35%, un avance considerable frente al panorama de hace unos meses. Sin embargo, aún persiste una gran fragilidad en las condiciones de vida de los sectores más vulnerables.
La inflación, que había tenido un impacto devastador en las canastas básicas de consumo, mostró señales de desaceleración en los últimos meses, lo que ha favorecido el poder adquisitivo de las familias. El economista Martín Rozada, de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), destacó que este fenómeno fue uno de los factores que contribuyó a la caída de los índices de pobreza en el semestre junio-noviembre de 2024.
El Desafío del Empleo y la Desigualdad
A pesar de las mejoras en los indicadores de pobreza, el empleo sigue siendo un tema complejo. Las tasas de actividad y empleo se mantuvieron altas, pero el mercado laboral ha experimentado un aumento en el subempleo y la precarización de los trabajos. Esto refleja una situación en la que muchos trabajadores, aunque empleados, no logran acceder a condiciones laborales dignas ni a salarios adecuados para cubrir sus necesidades básicas.
Por otro lado, la desigualdad sigue siendo una preocupación importante. Aunque la brecha entre el 10% más rico y el 10% más pobre se redujo ligeramente en comparación con el año anterior, los ingresos de los más ricos siguen siendo 18 veces superiores a los de los más pobres, un leve descenso respecto a los 19 veces de 2023. Este dato refleja que, aunque ha habido una mejora en términos absolutos, la distribución del ingreso en el país sigue siendo sumamente desigual.
El coeficiente de Gini, indicador clave de la desigualdad en la distribución del ingreso, se mantuvo en 0,435 en comparación con el año anterior, lo que sugiere que, aunque ha habido pequeños avances, aún persisten profundas desigualdades que requieren ser abordadas con políticas económicas estructurales.
Recuperación Frágil: El Futuro de la Pobreza en Argentina
A pesar de los avances observados en los índices de pobreza y la mejora en los ingresos, los especialistas advierten que la recuperación de la economía argentina sigue siendo frágil. Para que esta tendencia positiva continúe, será necesario mantener un equilibrio fiscal y controlar la inflación de manera efectiva. Solo de este modo se podrá garantizar que las mejoras en los niveles de pobreza no sean efímeras, sino que se consoliden en el tiempo.
En resumen, aunque los indicadores de pobreza en Argentina muestran una mejora significativa en 2024, el país aún enfrenta desafíos estructurales importantes. Las mejoras en los ingresos y la reducción de la indigencia son avances clave, pero las políticas públicas deberán seguir enfocadas en la creación de empleos formales, la reducción de la desigualdad y la sostenibilidad fiscal para evitar retrocesos y asegurar un futuro más equitativo para los sectores más vulnerables.
