La ANMAT ha implementado modificaciones significativas en la ley que regula el etiquetado de los alimentos en Argentina.
Esta nueva reglamentación, que ya está en vigencia tras su publicación en el Boletín Oficial, afecta principalmente la forma en que se calculan los nutrientes críticos, tales como las grasas, azúcares, sodio y calorías, y también establece nuevas pautas para la publicidad de productos alimenticios.
Cambios Claves en el Etiquetado: ¿Qué Impactan?
Uno de los cambios más destacados en la nueva reglamentación es la redefinición de los nutrientes excesivos. Según la nueva ley, solo se considerarán los nutrientes añadidos durante el proceso de producción, no aquellos que son intrínsecos al alimento. Esta distinción es crucial porque afecta el cálculo que determina si un producto debe llevar el octógono negro en su empaque, el cual advierte sobre el exceso de ciertos componentes como grasas, azúcares y sodio.
En este contexto, la ley de etiquetado frontal tiene como objetivo principal proporcionar información clara y comprensible a los consumidores para fomentar una alimentación más saludable. La medida se alinea con las directrices de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), que establece un perfil nutricional para clasificar los productos alimenticios. No obstante, la modificación implementada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) introduce una variación significativa al centrarse únicamente en los ingredientes añadidos de manera artificial o procesada, dejando fuera aquellos nutrientes que forman parte del propio alimento de manera natural.
Actualizaciones Importantes en los Nutrientes Críticos
Además de la redefinición de los nutrientes excesivos, la nueva legislación también incorpora una serie de actualizaciones en relación con la declaración de otros componentes clave. Entre los más relevantes se encuentran los edulcorantes artificiales y la cafeína, los cuales deberán ser especificados en el etiquetado de los productos cuando superen ciertos umbrales. Estas actualizaciones buscan alertar a los consumidores sobre el contenido de sustancias que, si bien no son necesariamente dañinas en cantidades moderadas, pueden tener efectos negativos sobre la salud cuando se consumen en exceso.
Un Cambio que Responde a Nuevos Patrones de Consumo
El cambio en la legislación no es un hecho aislado, sino que responde a un cambio profundo en los patrones de consumo alimenticio. A lo largo de los últimos años, especialmente en América Latina, ha habido un notable aumento en el consumo de alimentos procesados y bebidas azucaradas. Según la OPS, entre 2009 y 2014 se registró un incremento en las ventas de estos productos, y se estima que esta tendencia continuará en los próximos años. Este fenómeno no solo afecta a los adultos, sino que también está impactando significativamente a las infancias y adolescencias, quienes son los principales consumidores de alimentos no recomendados, como golosinas, productos de pastelería y bebidas azucaradas.
En Argentina, esta tendencia sigue el mismo patrón global. Según la Encuesta Nacional de Nutrición y Salud (ENNYS, 2019), un alto porcentaje de la población consume productos con elevados contenidos de sal, azúcares y grasas, lo que está contribuyendo al aumento de enfermedades no transmisibles (ENT), como las enfermedades cardiovasculares, la diabetes y la obesidad. Estas condiciones son responsables del 72% de las muertes anuales en el país, de acuerdo con el último informe de la ENFR (Encuesta Nacional de Factores de Riesgo).
La Relación entre Alimentación y Enfermedades No Transmisibles
La alimentación poco saludable es uno de los principales factores de riesgo conductuales para el desarrollo de las enfermedades no transmisibles (ENT). Junto con el consumo de tabaco, alcohol y la falta de actividad física, una dieta alta en azúcares, grasas y sodio contribuye al crecimiento de estas enfermedades crónicas, que son responsables de una alta mortalidad en todo el mundo.
Este cambio en la legislación de etiquetado, impulsado por la ANMAT, tiene como objetivo frenar la creciente prevalencia de enfermedades relacionadas con la alimentación no saludable. La información clara y accesible sobre los componentes de los productos alimenticios puede ayudar a los consumidores a tomar decisiones más informadas sobre su dieta, favoreciendo un estilo de vida más saludable.
Un Paso Adelante en la Protección de la Salud Pública
La modificación de la ley de etiquetado frontal por parte de la ANMAT es un paso importante en la promoción de una alimentación saludable en Argentina. Al actualizar los criterios de etiquetado y permitir que los consumidores tengan acceso a información más precisa y detallada, la medida tiene el potencial de reducir los riesgos asociados con el consumo de productos con altos niveles de azúcares, grasas y sodio. Esto no solo beneficia a los consumidores al permitirles tomar decisiones más informadas, sino que también representa un esfuerzo del Estado para combatir la creciente epidemia de enfermedades no transmisibles.
La clave del éxito de esta medida será su implementación efectiva, con un enfoque en educar a la población sobre la importancia de leer las etiquetas y comprender lo que cada octógono negro representa. Sin duda, los cambios en la ley de etiquetado son un paso en la dirección correcta para fomentar hábitos alimenticios más saludables y combatir la creciente preocupación por la salud pública en el país.