Este sábado, Flandria igualó con Villa Dálmine en el Coliseo de Mitre y Puccini, en un partido marcado por las emociones tempranas, decisiones arbitrales polémicas y un desarrollo que fue de mayor a menor.
Luego de su triunfo sobre Fénix, Flandria visitó Campana para enfrentarse ante Villa Dálmine, por la 15° fecha del Torneo Apertura de la Primera B.
Gol tempranero de Flandria
El arranque del partido no dio lugar a distracciones. Apenas transcurrían 2 minutos cuando Cristian Ludueña adelantó a Flandria, aprovechando una presión alta bien ejecutada por Jonatan Palacio, que forzó el error del arquero local Martín Perafán. Palacio recuperó la pelota en zona caliente y asistió al delantero, que definió cruzado y preciso para el 1-0.
Ese tanto sacudió a un Villa Dálmine que venía de igualar ante Fénix y buscaba sumar de a tres para no perder pisada en la tabla. Al dueño de casa le costó asentarse, se mostró errático en la circulación y careció de profundidad en el último tercio del campo.
Un penal polémico y un entretiempo caliente
Cuando parecía que el Canario se iba al descanso con ventaja, llegó una jugada que cambió el clima del partido. A los 46 minutos, el árbitro Sebastián Bresba cobró penal a favor de Dálmine en una acción discutida que generó una airada protesta del banco visitante. El reclamo terminó con la expulsión del entrenador Cacho Sialle, quien no ocultó su enojo por el fallo arbitral.
El penal fue ejecutado con firmeza por Federico Sellecchia, que remató cruzado para vencer a Tomás Figueroa e igualar el marcador 1 a 1.
Flandria falló una chance clave en el complemento
El segundo tiempo arrancó con otro capítulo decisivo. Al minuto, el juez sancionó penal para Flandria tras una mano de Maximiliano Pollacchi en el área. Ludueña, autor del primer gol, se hizo cargo de la ejecución, pero esta vez su remate fue débil, cruzado y desviado. La oportunidad de oro para volver a ponerse en ventaja se diluyó en un remate sin convicción.
Ese error pareció desinflar al equipo visitante, que hasta entonces había mostrado más ambición y mejor postura en el campo. A partir de allí, el partido cayó en un pozo. Las imprecisiones dominaron la escena, y ambos equipos perdieron claridad en el último pase.
Un cierre sin ideas y reparto de puntos
Villa Dálmine, urgido por su condición de local, intentó con remates lejanos, como el de Bruno Guelfi a los 38 minutos, que exigió una buena intervención de Figueroa. También lo tuvo en la última, con un cabezazo de Prim tras un tiro libre, pero el arquero visitante respondió con seguridad.
Flandria, que había empezado mejor, terminó neutralizado por sus propios errores. Sintió el impacto anímico del penal errado y no volvió a generar situaciones claras. El empate dejó una sensación amarga en el conjunto de Jáuregui, que se fue con la bronca de haber tenido el triunfo al alcance y no haber sabido aprovecharlo.
Lo que viene
La próxima jornada, el Canario recibirá en el Carlos V a Argentino de Quilmes, en un duelo clave para sus aspiraciones.