Candelaria Sequeira continúa cosechando éxitos en su carrera deportiva, y esta vez lo hizo en la emblemática competencia de Europa: el Descenso Internacional del Sella.
Con un tiempo de 1h35m33s, Sequeira no solo se adjudicó la victoria en la categoría Sub23, sino que también logró un impresionante séptimo lugar en la clasificación general de Damas Individuales, consolidándose como una de las grandes promesas del canotaje argentino.
La competición, celebrada en el pintoresco escenario natural de Asturias, España, es reconocida mundialmente por su tradición y la magnitud del evento. Conocido como Las Piraguas o Les Piragües en asturiano, el Descenso del Sella no es solo una carrera, sino una auténtica fiesta deportiva que atrae a cientos de palistas de todo el mundo. Este año, en su 86ª edición, más de 800 embarcaciones participaron en la prueba, que abarcó un recorrido de 20 kilómetros entre las localidades de Arriondas y Ribadesella, a lo largo del río Sella.
La carrera, organizada por la Federación Española de Piragüismo en conjunto con el Comité Organizador del Descenso Internacional del Sella y la Federación de Piragüismo del Principado de Asturias, es un evento de gran relevancia cultural y turística, siendo declarada Fiesta de Interés Turístico Internacional. Este prestigio no solo se debe a la competición en sí, sino también al ambiente festivo y la mística que rodea a la prueba, donde miles de personas se congregan a lo largo del río para animar a los palistas y disfrutar de la celebración.
El desempeño de Sequeira en esta exigente competencia no es una sorpresa para quienes han seguido de cerca su carrera. Recientemente, la palista se destacó en el Campeonato Mundial de Canotaje en Bulgaria, donde obtuvo una medalla de plata en la modalidad K1 5000 metros mixto junto a Bautista Itría. Este logro, sumado a su actuación en el Descenso del Sella, demuestra no solo su talento innato, sino también su capacidad para competir al más alto nivel en distintos formatos y condiciones.
El Descenso del Sella es conocido por sus desafíos únicos, que van más allá de la mera resistencia física. La carrera comienza de manera singular: los competidores se alinean en la orilla del río con sus palas bloqueadas en una estructura metálica, y solo cuando el semáforo pasa de rojo a verde pueden liberarlas, correr hacia sus embarcaciones y lanzarse al agua. Es un espectáculo lleno de adrenalina que pone a prueba la rapidez, la técnica y la estrategia de los palistas.
En este contexto, el triunfo de Sequeira en la categoría Sub23 no solo subraya su excelente condición física y mental, sino también su capacidad para adaptarse a las características de esta particular competición. El hecho de que también haya alcanzado un séptimo puesto en la clasificación general de Damas Individuales es una muestra clara de su competitividad frente a palistas de mayor experiencia y trayectoria.
Desde el Club Náutico “El Timón”, la institución a la que pertenece, no tardaron en reconocer la magnitud del logro de Sequeira. “Esta es una competencia muy pintoresca, complicada y que se convierte en una gran fiesta en toda la región, asistiendo palistas de todo el mundo. Felicitaciones Candelaria, fue un hermoso cierre a tu gran actuación en el mundial”, expresaron con orgullo.
La actuación de Candelaria Sequeira en el Descenso del Sella reafirma su estatus como una de las grandes figuras emergentes del canotaje argentino y mundial. Su capacidad para brillar en competencias de alto nivel en distintos países es un testimonio de su dedicación, disciplina y pasión por el deporte. Sin lugar a dudas, su futuro en el canotaje es prometedor, y su nombre continuará resonando en las aguas de las principales competiciones internacionales.
Este triunfo no es solo un logro personal para Sequeira, sino también un motivo de orgullo para todo el deporte argentino, que sigue produciendo talentos capaces de destacarse en escenarios tan prestigiosos como el Descenso del Sella. Con su espíritu competitivo y su incansable búsqueda de la excelencia, Candelaria no solo ha conquistado el Sella, sino que ha dejado una marca imborrable en la historia del canotaje.