El gobierno nacional avanza con un ambicioso plan de reestructuración y privatización de Trenes Argentinos, la principal operadora ferroviaria del país, con el objetivo declarado de sanear sus cuentas y atraer capital privado.
Con una historia centenaria y profundamente arraigada en el desarrollo del país, los trenes vuelven a estar en el centro del debate público.
En el marco de este proceso, la Secretaría de Transporte anunció que la empresa estatal reducirá en los próximos meses su planta de personal en 1.937 empleados, lo que representa una baja significativa frente a los 23.834 trabajadores iniciales. Se estima que la dotación total no deberá superar los 20.000 empleados, lo que marcaría un mínimo histórico en la compañía.
Historia y presente de los trenes en Argentina
Los trenes en Argentina tienen una trayectoria de más de 160 años. Su expansión comenzó en 1857 con el trayecto Buenos Aires–El Tigre y se convirtió en una red vital para el desarrollo económico, el transporte de mercancías y la conexión territorial. A lo largo del siglo XX, el sistema fue nacionalizado (con la creación de Ferrocarriles Argentinos en 1948), privatizado en los años 90 y nuevamente reestatizado parcialmente a partir de 2012.
Actualmente, Trenes Argentinos Operaciones S.A. administra la mayoría de las líneas metropolitanas como Roca, San Martín, Mitre, Sarmiento y Belgrano Sur, además de servicios regionales y de larga distancia. Esta cobertura lo convierte en un actor clave del transporte público nacional, movilizando a millones de personas a diario.
Recortes para abrir la puerta al sector privado
Desde que asumió el actual gobierno, se implementó un paquete de medidas bajo la consigna de “ajuste y optimización operativa”, con un impacto directo en el funcionamiento y la estructura de la empresa.
En lo que va de la gestión, Trenes Argentinos redujo gastos por más de $60.000 millones. Entre las principales acciones adoptadas se destacan:
- Eliminación de 277 cargos jerárquicos, lo que implicó una reducción del 32% en la estructura directiva y un ahorro de $13.257 millones anuales.
- Disminución del 73% de horas extras, generando un recorte de $600 millones al año.
- Reducción del 30% en la flota de vehículos alquilados y eliminación de autos 4×4 de alta gama, lo que significó un ahorro de $3.192 millones y una baja adicional de $400 millones por reducción en tarjetas de combustible.
- Revisión de contratos con proveedores y eliminación de servicios considerados no esenciales.
Además, se identificaron casi 1.900 casos de puestos duplicados, empleados sin funciones claras o directamente ausentes, lo que impulsó el primer tramo del ajuste.
Privatización en marcha
Trenes Argentinos forma parte del grupo de empresas incluidas en la Ley Bases que habilita su eventual privatización o concesión parcial. Según Transporte, la transición hacia el modelo mixto se llevará a cabo de forma gradual y ordenada, sin despidos masivos inmediatos, pero con una fuerte reducción operativa que permita hacer más atractiva la gestión para el sector privado.
La privatización no solo busca eficiencia, sino también una reconfiguración del rol estatal. Desde el oficialismo argumentan que el Estado debe retirarse de actividades que puedan ser desempeñadas por actores privados, mientras sectores sindicales y usuarios advierten sobre el riesgo de desinversión y deterioro del servicio.
El futuro del sistema ferroviario
La política de trenes en Argentina ha oscilado entre la expansión estatal y la privatización total, en un ciclo que refleja las tensiones estructurales de la economía nacional. En este nuevo escenario, Trenes Argentinos se convierte en un símbolo de la discusión de fondo: cuál debe ser el rol del Estado en los servicios públicos esenciales.
Mientras tanto, el proceso de ajuste continúa. El gobierno apuesta a una empresa más “eficiente”, con menos personal, menos gastos y mayor participación del capital privado. Lo que está en juego es mucho más que una cuestión presupuestaria: es el modelo de transporte ferroviario que tendrá el país en las próximas décadas.