El diario
El panorama político en Argentina se encuentra en una etapa de reconfiguración de cara a la campaña 2025, y uno de los actores que ha comenzado a tomar un rol protagónico es el gobernador bonaerense.
Lo que en un principio parecía ser una gestión limitada a los confines de la provincia más poblada del país, hoy ha comenzado a trascender fronteras provinciales, dando lugar al surgimiento de lo que algunos denominan el “kicillofismo”. En este contexto, una nueva campaña política se pone en marcha, con el objetivo claro de posicionar a Kicillof y su entorno como una fuerza política nacional.
El “Kicillofismo”, su Expansión y la campaña
El término “kicillofismo” hace referencia a la corriente política que ha comenzado a formarse en torno a la figura de Axel Kicillof, quien, con una marcada postura crítica hacia las políticas liberales y un enfoque de gestión que prioriza la intervención del Estado en la economía, ha ganado adeptos más allá de los límites bonaerenses. Con el aval del propio gobernador, sus ministros más cercanos han salido a recorrer provincias vecinas, en una suerte de campaña política anticipada, cuyo objetivo es consolidar este naciente movimiento en el ámbito nacional.
Uno de los primeros en dar este paso ha sido Andrés “Cuervo” Larroque, ministro de Desarrollo de la Comunidad de Buenos Aires, quien visitó la provincia de Entre Ríos. En un terreno políticamente dominado por el PRO (Propuesta Republicana), Larroque sostuvo reuniones clave con actores locales del justicialismo, incluyendo a la intendenta de Paraná y la Liga de Intendentes Justicialistas de Entre Ríos. En estos encuentros, se abordaron temas de preocupación común, principalmente centrados en el impacto de las políticas de ajuste del Gobierno nacional sobre los sectores más vulnerables de la población.
Larroque, quien también lidera la organización política “La Patria es el Otro”, enfatizó la importancia de fortalecer un proyecto de producción y trabajo, destacando el rol central que debe tener el Movimiento Obrero Organizado en esta tarea. Su discurso, claramente en sintonía con la tradición peronista, remarcó la necesidad de construir una alternativa política que defienda los intereses de los trabajadores, frente a lo que considera el avance de políticas de ajuste que erosionan el tejido social del país.
Katopodis y la Infraestructura como Pilar de Desarrollo
En paralelo, otro de los ministros de Kicillof, Gabriel Katopodis, titular del Ministerio de Infraestructura y Servicios Públicos, también se sumó a la campaña política en el interior del país, visitando la provincia de Santa Fe. Allí participó en un encuentro titulado “Innovación política: un enfoque emergente (e imprescindible) del presente”, donde se reunió con intendentes locales para discutir los desafíos y oportunidades de desarrollo a nivel regional.
Katopodis, con un enfoque claramente pragmático, subrayó la importancia de la infraestructura como motor de redistribución de oportunidades. Según él, las inversiones en obras públicas no solo mejoran las condiciones de vida de las comunidades, sino que también juegan un rol estratégico en la construcción de un país más equitativo. “La infraestructura es una herramienta fundamental para redistribuir las oportunidades, y esa discusión no la podemos entregar”, afirmó el ministro, en lo que se perfila como uno de los ejes centrales de su visión política.
El mensaje de Katopodis es claro: el “kicillofismo” no busca solamente construir un relato político para la campaña 2025, sino que pretende ofrecer soluciones concretas a los problemas estructurales que enfrenta Argentina. Al igual que Larroque, Katopodis apuesta por un peronismo que vuelva a sus raíces, poniendo el foco en la educación, el trabajo y la producción como pilares fundamentales para el desarrollo nacional.
¿Qué Implica esta Nueva Campaña Política?
El surgimiento del “kicillofismo” plantea una serie de interrogantes sobre el futuro del escenario político argentino. Por un lado, es evidente que Axel Kicillof y su equipo buscan ampliar su base de apoyo más allá de la provincia de Buenos Aires, posicionándose como una opción viable para liderar un proyecto nacional. Por otro lado, esta estrategia también refleja un intento de renovar el peronismo, en un momento en que el partido enfrenta divisiones internas y una creciente competencia electoral de otras fuerzas políticas.
La campaña política de Kicillof, aunque todavía en una fase incipiente, ya ha comenzado a marcar territorio en provincias clave, como Entre Ríos y Santa Fe, lo que sugiere que su equipo tiene la intención de construir alianzas estratégicas con actores locales. Además, la presencia de figuras como Larroque y Katopodis en esta gira nacional destaca la importancia que Kicillof le asigna a la articulación entre diferentes niveles de gobierno y al rol que juegan los intendentes y dirigentes sindicales en la movilización territorial.
En términos de discurso, la propuesta del “kicillofismo” parece centrarse en una crítica frontal a las políticas de ajuste implementadas por el Gobierno nacional, lo que lo posiciona en un lugar de confrontación directa con las fuerzas que promueven una agenda más alineada con el liberalismo económico. Al mismo tiempo, el énfasis en la producción, el trabajo y la infraestructura como ejes de desarrollo demuestra una apuesta por un modelo de crecimiento inclusivo, que busca diferenciarse de las políticas que priorizan el mercado sobre el Estado.
Hacia el Futuro: Un Desafío de Construcción Política
La campaña política de Kicillof enfrenta tanto oportunidades como desafíos. Por un lado, su capacidad para movilizar a sectores del peronismo que se sienten marginados o desencantados con la dirigencia actual le otorga un potencial significativo para ganar terreno en el escenario nacional. Sin embargo, también deberá enfrentarse a la complejidad de un panorama político fragmentado, donde la competencia interna dentro del peronismo, así como la emergencia de nuevas fuerzas, como La Libertad Avanza o Juntos por el Cambio, plantean un desafío adicional.
En definitiva, el “kicillofismo” ha comenzado a dar sus primeros pasos hacia una proyección política nacional, con la mirada puesta en consolidar un espacio que pueda disputar el liderazgo dentro del peronismo y, eventualmente, aspirar a un rol central en la política argentina en los próximos años. Lo que está claro es que esta campaña política no es un fenómeno aislado, sino parte de una estrategia más amplia para redefinir el futuro del país. Solo el tiempo dirá si esta apuesta será exitosa y si el “kicillofismo” logrará consolidarse como una fuerza transformadora en la política argentina.
