Reaparece el Sarampión en Argentina: Alerta Sanitaria, Plan de Vacunación y Contexto Histórico

Radio Estación Luján
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Con 25 casos confirmados de sarampión, principalmente en el AMBA, Argentina enfrenta una nueva alerta sanitaria que activa un ambicioso operativo de vacunación. El Ministerio de Salud ya distribuyó más de 690 mil dosis en todo el país.

Esta estrategia busca frenar la transmisión del virus, proteger a los más vulnerables y reforzar los esquemas incompletos. A continuación, un análisis detallado del brote actual, las medidas adoptadas y un repaso al contexto histórico de la vacunación en la Argentina.

Sarampión en Argentina: un viejo enemigo que reaparece

El sarampión, una enfermedad que muchos creían erradicada en América Latina, ha vuelto a encender las alarmas sanitarias en Argentina. Con 25 casos confirmados a nivel nacional —24 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y uno importado desde México— el Ministerio de Salud de la Nación activó un plan federal de emergencia para contener el brote y evitar su propagación a otras regiones del país.

Reaparece el Sarampión en Argentina

Desde finales de abril, se inició la distribución de 1,5 millones de dosis de vacunas doble y triple viral, de las cuales ya se enviaron 694.850 a distintas jurisdicciones. El operativo apunta a tres objetivos estratégicos: interrumpir la cadena de transmisión, recuperar esquemas de vacunación incompletos en niños nacidos desde 2020, y reforzar la inmunidad colectiva en la población.

Una enfermedad prevenible pero letal

El sarampión es una enfermedad viral altamente contagiosa que se transmite por vía aérea y puede tener consecuencias graves, especialmente en menores de edad y personas no vacunadas. Entre sus síntomas más comunes se encuentran la fiebre alta, erupciones cutáneas, secreción nasal, conjuntivitis y tos. Pero las complicaciones pueden ser mucho más severas: neumonía, encefalitis, convulsiones e incluso la muerte.

La tasa de mortalidad global oscila entre el 3% y el 6% en contextos de baja vacunación. En Argentina, el caso más reciente fuera del AMBA se detectó en San Luis: una beba de ocho meses contrajo el virus durante un viaje a México, donde circula un genotipo diferente al B3, que predomina localmente. Este hecho confirma el riesgo permanente de reintroducción del sarampión a través del tránsito internacional.

La campaña nacional de vacunación: quiénes deben inmunizarse

El Ministerio de Salud definió con precisión los grupos poblacionales que deben vacunarse, destacando la importancia de actuar incluso antes de que aparezcan los síntomas o se confirme un brote:

  • Niños de 6 a 11 meses: dosis cero de vacuna doble viral.
  • Niños de 12 meses y 5 años: aplicación obligatoria de la vacuna triple viral (Calendario Nacional).
  • Niños de 13 meses a 4 años: dosis adicional de vacuna doble viral.
  • Mayores de 5 años: deben tener dos dosis documentadas de triple viral.
  • Personal de salud: dos dosis de vacuna (doble o triple) o serología positiva.
  • Personas nacidas antes de 1965: no requieren vacunación, se presume inmunidad natural.

Este enfoque preventivo busca no solo detener el avance del brote actual, sino también prevenir futuros focos mediante la inmunización de personas en riesgo y la corrección de esquemas incompletos.

Doble viral y triple viral: diferencias clave en la campaña

Aunque ambas vacunas se utilizan contra el sarampión, cumplen funciones diferentes:

  • Doble viral: protege contra sarampión y rubéola. Se usa como herramienta complementaria en bloqueos epidemiológicos.
  • Triple viral: protege contra sarampión, rubéola y paperas. Está incluida en el Calendario Nacional de Vacunación y debe aplicarse a los 12 meses y a los 5 años.

Es importante destacar que una no reemplaza a la otra. La doble viral se utiliza en situaciones específicas, como en contextos de brote o en esquemas incompletos, pero no sustituye la aplicación de la triple viral.

Reaparece el Sarampión en Argentina

Coordinación federal: una estrategia basada en la planificación

La distribución de las vacunas no es una tarea improvisada. Fue definida en el marco del Consejo Federal de Salud (COFESA), en coordinación con los ministerios de salud provinciales. Participaron también organismos técnicos como la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) y la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE).

Se priorizó la entrega de vacunas al AMBA, donde se identificó una población objetivo de más de 600.000 niños entre 6 meses y 4 años. La selección de este grupo etario responde a su mayor vulnerabilidad y a la alta tasa de transmisión registrada.

Contexto internacional y riesgo de reintroducción

El sarampión continúa circulando en distintas regiones del mundo. La Organización Panamericana de la Salud ha advertido sobre el resurgimiento de esta enfermedad en varios países, en muchos casos debido a la caída de las tasas de vacunación pospandemia. En América, el número de casos en lo que va de 2025 ya supera en 11 veces a los registrados durante todo 2024.

Por ello, el Gobierno argentino insiste en la vacunación como barrera principal ante posibles reintroducciones. Silvia González Ayala, presidenta de la Sociedad Argentina de Infectología Pediátrica, lo resume de forma contundente: “El sarampión solo afecta al ser humano y es transmitido por un ser humano enfermo. Si dejamos de vacunar, el virus vuelve”.

Vacunación y salud pública en Argentina

Argentina cuenta con uno de los calendarios de vacunación más amplios y gratuitos de América Latina. Desde la década del 70, la cobertura vacunal ha sido una política de Estado. El Programa Ampliado de Inmunizaciones (PAI) sentó las bases para la erradicación de enfermedades como la poliomielitis, el tétanos neonatal y, en buena medida, el sarampión.

Reaparece el Sarampión en Argentina

No obstante, la confianza social en las vacunas ha fluctuado con el paso del tiempo. La pandemia de COVID-19 dejó a su paso una cierta fatiga vacunal, especialmente entre sectores jóvenes. Hoy, frente al regreso del sarampión, la historia parece ofrecer una advertencia clara: solo la inmunización sistemática y sostenida puede evitar que enfermedades prevenibles vuelvan a cobrar vidas.

Vacunarse es un acto de responsabilidad colectiva

El actual brote de sarampión es una señal de advertencia. Si bien las autoridades han respondido con rapidez, la clave está en la participación activa de la población. Completar los esquemas, revisar libretas sanitarias, vacunarse antes de viajar y acudir a los centros de salud son pasos imprescindibles para cortar la cadena de transmisión.

El sarampión no es solo un asunto médico: es un problema de salud pública que involucra a todos. Y, como en tantos momentos críticos de la historia argentina, la solución está en la acción coordinada, informada y solidaria de la comunidad.

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