La Unión de Tranviarios Automotor (UTA) ratificó un nuevo paro nacional de colectivos que paralizará el transporte en todo el país en los próximos días.
Esta medida de fuerza se inscribe en un contexto de creciente tensión entre los sindicatos y el Gobierno de Javier Milei, con la Confederación General del Trabajo (CGT) sumándose a la convocatoria y ampliando el reclamo con un paro general y movilizaciones.
Motivos del Paro Nacional
El paro nacional fue convocado en rechazo a las políticas económicas del Ejecutivo y en demanda de una recomposición salarial para los trabajadores del sector. Sin embargo, el detonante inmediato de la decisión sindical fue la represión de las fuerzas de seguridad durante una manifestación de jubilados en el Congreso el pasado 12 de marzo.
La medida, que se desarrollará durante 24 horas, dejará sin servicio de transporte público a millones de ciudadanos en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y en distintas provincias del país. Además de los colectivos, el paro también afectará el servicio de trenes y subtes, ya que los gremios ferroviarios y los metrodelegados confirmaron su adhesión.
El respaldo de la CGT y un paro general de 24 horas
Tras una reunión en la sede histórica de la CGT en Azopardo 802, el consejo directivo de la central obrera anunció un paro general de 24 horas para el jueves 10 de abril. La jornada de protesta estará precedida por una movilización el miércoles 9 de abril en el centro de la Ciudad de Buenos Aires, que coincidirá con la marcha de los jubilados frente al Congreso.
Héctor Daer, uno de los secretarios generales de la CGT, anunció que “las acciones sindicales durarán 36 horas”, ya que la concentración comenzará el miércoles al mediodía y culminará con el paro del jueves. Además, confirmó que el sindicalismo también se movilizará el lunes 24 de marzo en el marco del Día de la Memoria, sumando otra jornada de protesta.
Unidad sindical y adhesiones clave
En un principio, la medida de fuerza generó divergencias dentro del sindicalismo, pero con el correr de los días se logró unificar posturas. A la convocatoria inicial de “Los Gordos” y los sindicatos independientes, se sumaron sectores liderados por Luis Barrionuevo (gastronómicos), el kirchnerismo sindical (SMATA, Canillitas y La Bancaria), las dos CTA y los gremios del transporte.
Figuras como Omar Maturano (La Fraternidad), Sergio Sasia (Unión Ferroviaria) y Roberto Fernández (UTA) dieron su respaldo al paro, asegurando que el jueves 10 de abril no habrá transporte público. El impacto de esta adhesión será determinante, ya que sin colectivos, trenes ni subtes, la movilidad quedará seriamente afectada en todo el país.
Reclamos centrales del paro nacional
En una conferencia de prensa, Daer explicó los principales motivos del paro y las exigencias de la CGT:
- Libertad para negociar paritarias libres sin interferencias del Gobierno.
- Aumento inmediato para los jubilados y respaldo a la discusión del bono de $760.000 en el Congreso.
- Reapertura de la obra pública, debido a que muchas obras están paralizadas pese a tener un alto grado de avance.
- Revisión de las asignaciones familiares y mejora en la situación del sector productivo e industrial.
El Gobierno rechaza la medida y la califica de “política”
Desde el oficialismo no tardaron en reaccionar. El vocero presidencial, Manuel Adorni, desestimó los motivos del paro y acusó a la CGT de “buscar desestabilizar” al Gobierno de Milei. “Este es el Gobierno que más rápido sufrió un paro nacional. No hay justificación cuando se están corrigiendo los problemas heredados”, declaró Adorni en su habitual conferencia de prensa.
El Jefe de Gabinete, Guillermo Francos, intentó negociar con los referentes sindicales para frenar la medida, pero no logró llegar a un acuerdo. Según fuentes cercanas a la Casa Rosada, hubo comunicaciones directas con Daer y Martínez, pero la respuesta de los sindicalistas fue negativa.
Impacto y próximas movilizaciones
La medida de fuerza será la tercera que realiza la CGT desde el inicio de la gestión de Milei, en un escenario donde la relación entre el sindicalismo y el Gobierno se encuentra en su punto más crítico. Además del paro del 10 de abril y la movilización del 24 de marzo, la CGT anunció que el próximo 1 de mayo, en el Día del Trabajador, realizará una nueva manifestación de gran alcance.
El impacto de este paro nacional será determinante en la agenda política y social de las próximas semanas, con un sindicalismo que refuerza su oposición a la gestión libertaria y un Gobierno que se muestra firme en su postura de no ceder ante las presiones gremiales. El conflicto está lejos de resolverse y el clima de tensión seguirá en aumento en los próximos meses.